Depuradores domésticos de agua

Previenen la aparición de atascos en las tuberías y evitan los daños que la cal origina en los electrodomésticos
Por EROSKI Consumer 13 de febrero de 2002
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Imagen: Cam Switzer

El agua que suministra la red general de un hogar contiene una concentración de impurezas. Arena, tierra, polvo y sedimentos, como la sal y la cal, se arrastran por las cañerías. En algunas zonas, la cantidad llega a ser muy alta por las características naturales del agua. Esta particularidad acarrea un número considerable de problemas. Los principales son: pérdida de caudal en los grifos, atascos en las tuberías y daños en los electrodomésticos que necesitan agua para su funcionamiento. Una solución que previene su aparición es instalar depuradores domésticos en algunos puntos de la red de suministro.

Características

La irregularidad del caudal, o incluso la pérdida del mismo, los olores y el mal sabor del agua son algunas de las señales que delatan la presencia de impurezas. Su aparición está provocada por los depósitos de residuos que se almacenan en las tuberías, un fallo en los filtros de la red e, incluso, la propia composición del agua.

Los depuradores domésticos solucionan la mayor parte de los problemas. Antes de adquirirlos, es conveniente conocer que estos dispositivos sólo se instalan en la red de agua fría. El motivo es que, por el momento, no se encuentran disponibles en el mercado accesorios domésticos que soporten las altas temperaturas.

Su rendimiento se mejora al instalar un filtro de partículas

Su rendimiento es otro de los aspectos que merece consideración. Es posible mejorarlo a través de varios métodos. El primero, y más sencillo, es instalar en el accesorio un filtro de partículas. El otro, supone la colocación de varios depuradores en la misma instalación. Es una medida a la que también se recurre por falta de espacio, que en ocasiones impide el empleo de un gran depurador. En estos casos, es aconsejable instalar varios de menor tamaño en los puntos esenciales de la red de agua.

Clases de dispositivos

Los depuradores se diferencian según el modo de instalación y el tipo de sedimento que son capaces de eliminar. De esta manera, se dividen en dos grandes categorías:

  • De sobremesa: su apariencia es similar a la de un gran sifón. Se conecta, de forma directa, a cualquier grifo a través de una manguera de la que disponen. Cuando el agua pasa por el depósito, se depura y sale limpia por un grifo del depurador.

  • Descalcificadores: se emplean para prevenir la acumulación de cal en los electrodomésticos. Es posible fijarlos a la pared o apoyarlos en el suelo, según el espacio disponible. Adoptan una posición intermedia. Por uno de sus laterales se conectan mediante un tubo flexible a la red y, por el otro, a través de la manguera de la lavadora o del lavavajillas, con el propio electrodoméstico. Su mecanismo de funcionamiento es similar a los depuradores de sobremesa. El agua entra al dispositivo con cal y sale sin ella.

Consejos para la instalación

Antes de instalarlos, los depuradores de sobremesa exigen la graduación del volumen y la presión del agua. Son dispositivos con una capacidad reducida. Por eso, si el caudal o la fuerza de salida son muy elevados, se corre el peligro de que el depurador se desborde y el agua no se filtre.

Es recomendable que los descalcificadores se instalen, siempre que sea posible, anclados a la pared y muy cerca de los electrodomésticos y de la red de suministro. En su mayoría, disponen de roscas adaptadas para realizar las conexiones o anillos de acoplamiento para conectar los grifos que carecen de rosca.

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