Entrevista

Enrique Martínez-Salanova, vicepresidente del Grupo Comunicar

Se debe iniciar a los alumnos en el uso de los medios de comunicación a partir de la enseñanza infantil
Por Marta Vázquez-Reina 24 de noviembre de 2010
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Imagen: CONSUMER EROSKI

Comunicación y educación son dos procesos complementarios. Las utilidades pedagógicas y didácticas derivadas del uso de los medios en las aulas abarcan desde el aprendizaje de contenidos formales por otras vías más motivadoras para el alumno, hasta el fomento de una mirada crítica, analítica y creativa en el estudiante. Sin embargo, en nuestro país aún no se ha llegado a un uso generalizado de este recurso en las escuelas. “Hay mucho que recorrer”, afirma Enrique Martínez-Salanova, profesor de tecnología educativa, antropología de la educación, didáctica y comunicación e imagen, aunque “cada día son más los profesores y maestros que los utilizan”, matiza. Martínez-Salanova ocupa en la actualidad la vicepresidencia del Grupo Comunicar, una asociación profesional de periodistas y docentes andaluces cuyo fin es promover un uso didáctico crítico, creativo y plural de los medios de comunicación en el aula. Desde hace más de 17 años, este grupo edita la revista Comunicar, una publicación científica de ámbito internacional, que es un referente para cualquier profesional de la educación o los medios que quiera profundizar en la complementariedad, cada vez más latente, entre estas dos áreas.

Educación y medios de comunicación, ¿Cuál es el poder de este binomio?

Hablar de comunicación y de educación como dos campos separados no tendría sentido en el mundo actual, ya que son dos procesos complementarios. La raíz latina de comunicación es communis, que implica intercambio, diálogo, reciprocidad, que debe haber tanto en los sistemas educativos como en los comunicativos. Una enseñanza sin comunicación por ambas partes -emisores y receptores- se convierte en una simple instrucción. Una comunicación sin atención al receptor es solo información.

¿Se puede hablar hoy en día de un uso didáctico generalizado de los medios en las escuelas o queda aún camino por recorrer?

Hay mucho que recorrer, aunque cada día son más los profesores y maestros que los utilizan. Los docentes desconocen a menudo qué se puede lograr con menor esfuerzo, ya que el uso de los medios y de las nuevas tecnologías convierte la enseñanza en algo motivador. Por otra parte, algunos profesores están más atrasados que sus alumnos en el uso de las tecnologías y temen integrarlas en sus aulas.

¿Por qué funcionan los medios como una herramienta de aprendizaje eficaz en las aulas?

“Los medios permiten tratar todas las realidades humanas y sociales”

Los medios y sus lenguajes tienen relación absoluta entre sí y con el resto de los lenguajes, de modo que se hacen indispensables para una comunicación actual y futura, ya que son vehículo de trasvase de información afectiva y lúdica, pero también técnica y científica. Permiten tratar todas las realidades humanas y sociales y sus posibilidades son amplias en distintos ámbitos.

¿Cuáles son sus principales beneficios?

Los medios sirven para enseñar contenidos, sus procesos técnicos y temáticos. Ayudan a descubrir nuevas estrategias cognoscitivas y valorativas y, con ellos, se logra el debate crítico y constructivo, que facilita a los alumnos la toma de decisiones creativas. Por otra parte, favorecen la actividad investigadora, dan la posibilidad de entrar en otros lugares, en otros mundos. Pueden ser el inicio, el complemento, la conexión o el dato fehaciente para cualquier investigación y ayudan a despertar el sentido de la curiosidad, de búsqueda, de intervención y de compromiso con otras realidades.

¿Y en el campo social?

“Los profesores deben enseñar al alumno a salir de los canales manipulados y tradicionaes de la noticia”

En el ámbito social los profesores deben ayudar al alumno a descubrir que la información se hace más amplia en las redes telemáticas. Enseñarles a buscarla, a salir de los canales manipulados y tradicionales de la noticia, buscar qué sucede en otros lugares, qué piensan otras personas. El mayor conocimiento -y su análisis- puede incitar a la búsqueda de opinión diferente, al pensamiento autónomo y al compromiso creativo.

¿Cuándo pueden empezar los alumnos a trabajar con los medios?

A partir de la enseñanza infantil se debe iniciar a los alumnos en la utilización de todos los medios, desde la redacción, el fotomontaje, la fotografía, la filmación y la comunicación telemática, hasta el debate sobre los contenidos. Hay que intentar que, a través de los medios, los alumnos abandonen la lectura rápida (superficial, zapping) y lleguen a la lectura reflexiva (crítica), analítica(investigadora) e independiente y eficaz (creativa). En educación es de vital importancia tener como objetivo desde el principio la implicación final y el cambio de conducta.

¿Qué criterios debe tener en cuenta el docente en su uso?

“Es necesario trascender la simple instrumentalización de los medios”

Los profesores dedicados a la formación en medios deben ser personas comprometidas con el entorno cultural y social, estar al día en sus propias disciplinas y en sus implicaciones mediáticas. Tienen que conocer con cierta amplitud el medio o los medios que utilizan en sus clases y ser conscientes de que es necesario trascender la simple instrumentalización y dar pasos más importantes, como el análisis, la investigación y la producción de medios como formas avanzadas de aprendizaje de los mismos.

¿Hay alguna relación entre los medios y los programas curriculares españoles?

Para la UNESCO, la alfabetización mediática y de la información se centra en cinco posibles competencias básicas: comprensión, pensamiento crítico, creatividad, consciencia intercultural y ciudadanía. Sin embargo, los currículos españoles están muy lejos de definir el papel de los medios de comunicación con claridad y solo se tienen en cuenta al hablar de determinados tipos de competencias, como la lingüística y la digital. No obstante, aunque no estén definidos, es responsabilidad ineludible de los maestros y profesores de todos los niveles de la enseñanza utilizarlos, tanto de forma individualizada como transversal.

Entre todos los medios, la televisión tiende a considerarse más nociva que beneficiosa para el público joven. ¿Cómo se contrarrestan sus efectos negativos y se le dota de un carácter formativo?

“La mirada crítica se adquiere desde el momento en que se empieza a hablar de las imágenes que se ven”

La mirada crítica se obtiene con la vida y se adquiere desde el momento en que se empieza a hablar de las imágenes que se ven. Cuando un niño pequeño cuenta algo que vio, ya empieza a reflexionar y a tomar distancia sobre lo visto. Este ejercicio se hace más complejo a medida que crece, ya que tiene más lenguaje, más material visto y más herramientas para generar su reflexión. Padres y profesores pueden potenciar esta actitud crítica si desde el principio comparten con ellos la televisión y comentan sus contenidos y formas de expresión.

¿Se puede trabajar con este medio en el aula?

Es necesario. Para trabajar la televisión con fines didácticos, hay que sacar los programas del contexto del hogar, llevar al aula series, segmentos de programas o spots publicitarios, tratarlos allí con visión pedagógica y procurar el debate. En el momento en que los alumnos comienzan a realizar una lectura crítica de la televisión, ésta se vuelve más positiva y se minimizan sus efectos nocivos o alienantes.

Usted resalta el potencial didáctico que adquiere el cine en las aulas. ¿Cuáles son sus principales aplicaciones?

“Es inevitable unir el cine a cualquier planteamiento educativo y didáctico”

El cine es algo más que un arte. Es también un transmisor masivo de contenidos, de emociones, de informaciones, de cultura. Por lo tanto, es inevitable unirlo a cualquier planteamiento educativo y didáctico. En el cine se han tratado todos los temas y se ha filmado casi todo, es difícil encontrar aspectos generales, cotidianos, científicos o filosóficos que la cinematografía no haya divulgado de alguna forma. El cine, no solo el documental, es también documento sobre épocas históricas, filosofías y pensamientos, modos de vida y costumbres. A partir de ahí, debe buscarse la realidad que hay tras la ficción o la ficción que se da tras la realidad. Su magia y su belleza, la versatilidad de sus técnicas y la infinita gama de contenidos es, en muchas ocasiones, la clave de la investigación sobre otras épocas, historias, relatos o documentos, o sobre el mismo cine, su lenguaje y su tecnología.

¿Qué áreas curriculares se pueden beneficiar más del cine como herramienta pedagógica?

Creo que se pueden abordar todos los contenidos curriculares, en función del nivel al que se dirija la asignatura. No es lo mismo trabajar el cine con los más pequeños, que en la universidad. Al ser un elemento de gran importancia para la interrelación de las enseñanzas, a partir de él se pueden englobar todas las áreas de los programas educativos, como lengua, historia, dibujo y plástica, dramatización o técnicas de estudio y trabajo.

¿Hay que esperar hasta determinada edad para utilizar el cine como instrumento de aprendizaje o se puede aplicar en todos los niveles educativos?

El cine se puede y se debe utilizar en todos los niveles, desde infantil hasta la universidad. A cada uno como le corresponda en cuanto a contenidos y formas de tratamiento didáctico. El lenguaje audiovisual, al igual que el propio idioma, se aprende desde el nacimiento, más aún cuando vivimos en la sociedad de las pantallas.

¿Es una herramienta idónea para trabajar los contenidos transversales?

“El cine acerca al estudiante a los problemas humanos y sociales”

El cine es una ventana al mundo que acerca al estudiante a los problemas humanos y sociales, al medio ambiente, la discapacidad, la violencia de las guerras y contra la mujer y la infancia, los derechos humanos, la interculturalidad o lo sucedido en lugares lejanos del mundo. Presenta dramas, conflictos y realidades alejadas de la vida cotidiana del alumno que pueden y deben llevarse a las aulas como elemento orientador de comportamientos. Pero para que sirva en la formación en valores, debe generarse el debate. Se puede analizar la infancia marginada con ‘El Chico’, de Charles Chaplin, o la educación con ‘El pequeño Salvaje’, de Truffaut. Se podrían citar cientos de películas de todas las épocas, algunas actuales, cuya historia y las imágenes que la sustentan se confunden en un maremágnum de valores, estética, ideas, arte y contenidos.

¿Qué características debe reunir una película cinematográfica para poder usarse con fines didácticos?

La finalidad didáctica no está tanto en las características de la película como en la intención y planificación que se haga en el aula. Cualquiera puede utilizarse, en principio, con estos fines. Hay títulos más adecuados para ciertas edades o determinados temas y hay películas y documentales instructivos. Para un debate, el espectro que se debe utilizar se amplía. Infinidad de filmes pueden servir para ese propósito.

¿Qué títulos considera que forman parte de la filmografía “imprescindible” de un estudiante?

No me gusta destacar ninguno porque hay numerosos, todos muy interesantes. A los niños y adolescentes de hoy, que ven tantas cosas, les propondría conocer un poco de cine antiguo, de los primeros tiempos, sobre todo a Charles Chaplin y otros. También les haría un recorrido por el cine de la posguerra, el neorrealismo, la nueva ola francesa, alguna película de Berlanga y Saura, versiones de obras literarias, ‘El Quijote’ de Rafael Gil, algunas basadas en obras de Shakespeare, etc. Del cine actual hay también mucho que ver y de gran interés didáctico, temático, artístico, crítico y cultural.

Orientación para docentes

Martínez-Salanova afirma que es necesario apostar por una nueva educación audiovisual, de la imagen y del sonido, que se apoye en las nuevas tecnologías. Lo esencial es que éstas “coexistan con el lenguaje audiovisual, lo potencien y lo faciliten”. Por eso, pide a los profesores que utilicen con conciencia didáctica las tecnologías y usen los medios telemáticos para comunicarse con personas de otras culturas, buscar información y extender sus descubrimientos y experiencias a otros docentes.

Sobre cómo introducir los medios de comunicación o el cine en las aulas, este especialista recomienda a la comunidad educadora que cuente, ante todo, “con su propia responsabilidad, profesionalidad y experiencia, que le lleven a la utilización de todos los instrumentos a su alcance”, así como que se forme de modo permanente. En el caso concreto del cine, Martínez-Salanova remite a los numerosos recursos on line disponibles en la actualidad, entre ellos, su página web, donde los usuarios encontrarán miles de posibilidades de actuación, sugerencias, monográficos, artículos y películas por temas, que pueden servir para planificar su actividad docente. “Si se equivocan en su elección”, matiza, “siempre hay tiempo de rectificar y volver a hacer las cosas para que salgan mejor. Nunca claudicar”.

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