Greenpeace denuncia que Islandia trata de vender carne de ballena no apta para el consumo

Japón se dispone a cazar más de 10 rorcuales comunes y 935 rorcuales aliblancos en el Santuario Ballenero Antártico
Por EROSKI Consumer 25 de enero de 2007

Activistas de Greenpeace han descubierto en Islandia cerca de 200 toneladas de carne y grasa del amenazado rorcual común almacenadas en cámaras frigoríficas a la espera de ser testadas por contaminación química. Además, 179 toneladas de huesos y entrañas fueron tiradas a un vertedero.

La organización ecologista afirma que Islandia está tratando de exportar la carne y grasa de rorcual común a Japón «a pesar de las denuncias de los balleneros que las capturaron, de que una parte no es apta para el consumo humano».

Por su parte, la flota ballenera japonesa se dispone a cazar más de 10 rorcuales comunes y 935 rorcuales aliblancos en el Santuario Ballenero Antártico; y ello, según Greenpeace, a pesar de no haber vendido la mayoría de la carne procedente de cazas anteriores, que permanece almacenada en congeladores.

«No es una sorpresa que existan gigantescas reservas de carne de ballena, ya que, según una encuesta, el 95% de la población japonesa nunca o casi nunca ha probado esta carne. Es el momento de que los gobiernos se comprometan con las ballenas y no con una obsoleta industria ballenera que cada día tiene menos objetivos», explica María José Caballero, responsable de la Campaña de Océanos de Greenpeace.

Precisamente, hoy parte hacia el Santuario Antártico el barco «Esperanza» de la ONG conservacionista, con el objetivo de interponerse entre los arpones y las ballenas, y así detener su matanza.

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