Zonas tranquilas para mejorar el medio ambiente

La implantación de áreas sin ruido en las ciudades ofrece beneficios ambientales, sanitarios y económicos
Por Alex Fernández Muerza 22 de mayo de 2014
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Imagen: Ikhlasul Amal

La contaminación acústica es un problema creciente que causa diversos efectos negativos sobre el medio ambiente, la salud y la economía. Una forma de combatir el impacto ambiental del ruido es la generalización de zonas tranquilas. Diversas ciudades han puesto en marcha diversas iniciativas para lograrlo. Este artículo explica qué son las zonas tranquilas, las razones para buscar el silencio y señala iniciativas de Zonas Tranquilas Urbanas.

Qué son las zonas tranquilas

Al menos 110 millones de europeos están afectados «adversamente» por el ruido de las carreteras más transitadas
Al menos 110 millones de europeos están afectados «adversamente» por el ruido de las carreteras más transitadas, uno de los principales causantes de contaminación acústica, según datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA). Los responsables de esta institución destacan la necesidad de proteger a los ciudadanos frente al ruido. Para ello una de las propuestas son las «zonas tranquilas», que aparecen en la Directiva del Ruido Ambiental de 2002.

Las zonas tranquilas no son lugares en silencio, sino que se trata de que las personas que se encuentren en ellas no reciban sonidos molestos emitidos por actividades humanas. En este sentido, definir estas áreas no debería basarse solo en la cantidad de decibelios (dB): algunos tipos de ruido como el sonido del agua o el canto de los pájaros se suelen percibir como agradables.

Razones para buscar el silencio

Los expertos señalan tres razones principales por las que se deberían potenciar las medidas para aumentar las zonas tranquilas y reducir la contaminación acústica:

  • Razones ambientales. Las áreas tranquilas benefician a la biodiversidad por varios motivos. Una de las principales causas de pérdida de la biodiversidad es la destrucción del hábitat y la fragmentación. El ruido antropogénico (provocado por los seres humanos) produce un impacto ambiental que afecta a los seres vivos. Diversos animales, en especial los que dependen del sonido para comunicarse, reproducirse y sobrevivir, tienen que adaptar su comportamiento a zonas con ruido. Los espacios naturales protegidos deberían por tanto proporcionar también situaciones de tranquilidad para las especies que albergan.
  • Razones sanitarias. Diversos estudios científicos demuestran que residir en lugares silenciosos tiene efectos positivos para la salud. Los espacios con sonidos por debajo de los 45 dB reducen el malestar de sus habitantes y mejoran el bienestar, y vivir rodeado de sonidos de la naturaleza produce un efecto de tranquilidad. En este sentido, la AEMA publicaba una «Guía de buenas prácticas sobre la exposición al ruido y potenciales efectos sobre la salud» que recopilaba más detalles. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido es la segunda causa ambiental de daños en la salud, después de la contaminación por partículas contaminantes finas (PM 2,5). En cuanto a los principales emisores de ruido causantes de problemas para la salud se encuentran el ruido del tráfico en carretera, el tren, los aeropuertos y la industria, según la AEMA.
  • Razones económicas. Las áreas tranquilas en aglomeraciones aumentan el valor de las propiedades. Y al contrario, las zonas con más ruido suponen un gasto económico. La Comisión Europea (CE) calcula que los costes sociales del ruido producido por el tren y el tráfico rodado en la UE ascienden a 40.000 millones de euros anuales. La Administración de Transporte de Suecia estima que el coste social del ruido en dicho país es de unos 2.000 millones de euros. De esta cantidad, casi el 80% corresponde a la reducción del valor de propiedades ubicadas en áreas ruidosas, y el 20% restante al coste para la sociedad debido a los efectos en la salud.

Iniciativas de Zonas Tranquilas Urbanas

Aunque hay muchas interpretaciones diferentes de lo que significa una zona tranquila, y cómo debe protegerse, se han puesto en marcha en Europa diversas iniciativas al respecto.

En Dublín (Irlanda), el Ayuntamiento ha identificado los niveles de ruido medios a largo plazo por debajo de los niveles que dañan la salud. Con esta información, su objetivo es crear y proteger ocho áreas tranquilas en la ciudad.

En Oslo (Noruega), las autoridades pidieron a expertos en contaminación acústica para cartografiar las zonas con ruido e identificar 14 áreas tranquilas de fácil acceso para la población local.

En Tallin (Estonia), se utilizaron diferentes criterios para identificar las zonas recreativas con bajos niveles medios de ruido a largo plazo. Por otra parte, el programa pretende también proteger las áreas rurales no alteradas por el ruido del tráfico, la industria o las actividades recreativas.

En España también se pueden encontrar iniciativas interesantes. El Ayuntamiento de Bilbao impulsa un proyecto para generalizar las zonas tranquilas. Investigadores del centro tecnológico vasco Tecnalia trabajan en una plaza de la ciudad y han identificado evidencias «biológicamente relevantes» que indican que disponer de un paisaje sonoro agradable en las áreas urbanas de esparcimiento contribuye a «una restauración frente al estrés diario más intensa y más rápida que en zonas acústicamente contaminadas».

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