11 trucos para limpiar la casa de forma más ecológica

Silvia de Santos, experta en tóxicos y bioconstrucción de Ecologistas en Acción, ofrece varios consejos para conseguir tener la vivienda limpia sin perjudicar al medio ambiente
Por Eva San Martín 6 de abril de 2018

En España, se emplean alrededor de 1.200 toneladas de productos de limpieza al año, entre detergentes, productos multiusos para la higiene doméstica y lavavajillas, según la Asociación de Empresas de Detergentes y Productos de Limpieza, Mantenimiento y Afines (Adelma). Muchos de ellos acaban en el desagüe y, de ahí, a suelos, ríos y océanos. Pero, ¿es posible utilizar menos productos de limpieza, usarlos de forma más eficiente y así reducir su impacto en el entorno? A continuación, Silvia de Santos, experta en tóxicos y bioconstrucción de Ecologistas en Acción, da sus diez consejos para limpiar la casa de forma más ecológica.

Img silvia de santos ecologistas en accion art

1. ¿Limpieza ecológica? Empiece por no ensuciar

«La limpieza ecológica no solo tiene en cuenta con qué limpiamos sino cómo limpiamos: se trata de un acto consciente con el planeta», afirma Silvia de Santos

Una limpieza del hogar más sostenible con el planeta no solo tiene en cuenta con qué limpiamos sino cómo limpiamos. Y la primera recomendación es evitar la suciedad. Gestos como no usar las zapatillas de la calle en el interior de casa, utilizar felpudos e incluso elegir ropa de trabajo y delantales para cocinar ayudan a no ensuciar tanto. La clave es emplear el sentido común y hacer de la limpieza doméstica un acto consciente.

2. Una limpieza más consciente con el planeta

La limpieza ecológica implica conocer primero los riesgos que algunos detergentes suponen para el medio ambiente. Los productos de limpieza no se quedan en casa: a través de la red de desagüe llegan a ríos, lagos y costas, lo que puede significar una grave amenaza para la vida silvestre.

Muchos detergentes convencionales para lavavajillas, además, utilizan fosfatos, un compuesto que destruye el oxígeno de lagos y lagunas (por el proceso llamado eutrofización en ecología). El aumento de la concentración de fósforo en el agua provoca un crecimiento descontrolado de determinados tipos de algas que, al morir y sedimentarse, se descomponen y agotan el oxígeno de las aguas del fondo. Esta falta de oxígeno causa la muerte de plantas y peces.

3. Limpie poco y más a menudo

Reflexionar sobre las exigencias de limpieza también ayuda a llevar una higiene más sostenible en casa: unas tareas más frecuentes con productos suaves pueden evitar la necesidad de limpiezas en profundidad, que exigen detergentes más concentrados.

4. Escoja productos de limpieza naturales o ecológicos

Los productos de limpieza, junto con otros artículos cotidianos como perfumes, productos de cuidado personal, pinturas y pesticidas, ya son responsables de la mitad de las emisiones de los compuestos orgánicos volátiles a la atmósfera (contaminantes del aire que aumentan la concentración de ozono troposférico, muy peligroso al respirarlo) en las ciudades, según un estudio publicado en Science.

Usar productos de limpieza naturales, o en su defecto productos ecológicos, para las tareas domésticas reduce la cantidad de lejía utilizada, así como de otros productos poco sostenibles con el planeta con cloro, conservantes (parabenos) o fosfatos, que no solo pueden dañar la salud sino que también perjudican a los ecosistemas silvestres.

5. Un detergente eficiente deja menos residuos en el entorno

«Limpiar el polvo con un trapo húmedo y ventilar la casa dos veces al día es un modo de reducir el uso de productos de limpieza en casa», apunta De Santos

Cuando hay que escoger un producto limpiador, es mejor optar por un detergente de gran rendimiento que sea lo más eficiente posible. De este modo, se tendrá que emplear una menor cantidad de producto para lograr el mismo resultado, por lo que se conseguirá reducir la contaminación del agua y también dejar menos residuos. Además, los detergentes eficientes permiten ahorrar: se necesitará adquirir menos, lo que reducirá la cantidad de envases que acaben en la basura.

6. Reutilice los envases y (cuando pueda) compre a granel

Si se logra comprar a granel el producto limpiador, se puede reutilizar el envase y, de nuevo, dejar menos plásticos en el entorno.

7. Use solo la dosis necesaria

Los detergentes actuales son cada vez más eficientes, por lo que para disminuir la cantidad de producto hay que recordar no sobrepasar las dosis recomendadas en el envase. Este gesto permite ahorrar dinero mientras se cuida del medio ambiente.

Otro consejo es reducir la utilización de detergentes especiales (como detergentes para ropa delicada), ya que implican un mayor empleo de limpiadores y acumulación de productos en la vivienda.

8. ¿Detergentes más sostenibles? Mejor, sin olor

Los productos de limpieza perfumados hacen que la casa huela a flores o a pino, pero esto no siempre supone que el hogar esté limpio. Algunos de estos perfumes artificiales presentes en los detergentes llevan ftalatos (contaminantes hormonales) para fijar olores artificiales. Hay que tenerlo muy en cuenta también cuando se escoge un ambientador sintético e incluso el suavizante de la ropa.

9. Un trapo húmedo, aliado de la limpieza ecológica

Limpiar el polvo o fregar el suelo con mayor frecuencia, y ayudándose de un trapo húmedo, es un modo sencillo de reducir el uso de productos de limpieza en el hogar.

10. Ventile (al menos) dos veces al día

Ventilar por lo menos dos veces al día la vivienda ayuda a disminuir la concentración interior de contaminantes. La aireación reduce las cantidades de partículas acumuladas en casa, en especial las partes finas y ultrafinas, que se comportan de forma parecida a los compuestos fácilmente volátiles, gases o vapor de agua.

11. El limpiador ecológico de la abuela: sosa y vinagre

Los limpiadores ecológicos caseros, como el jabón de sosa o el vinagre con el que nuestras abuelas limpiaban la madera, son productos más sanos, más baratos y, además, no contaminan el medio ambiente. El jabón de sosa, por ejemplo, es un producto de limpieza tradicional que se fabricaba con manteca de cerdo, agua e hidróxido sódico (sosa cáustica). De la reacción de los ácidos grasos y del hidróxido sódico, conocida como reacción de saponificación, se forman sales sódicas de ácidos grasos, las moléculas características del jabón que actúan como agentes capaces de disolver en agua sustancias hidrófobas, como la grasa. Son productos que se pueden comprar, e incluso hacer uno mismo, para limpiar de forma más sostenible.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube