Conducir a edad avanzada

El 8,3% de los conductores que circulan en nuestro país es mayor de 65 años
Por Blanca Álvarez Barco 18 de octubre de 2005

La española es una sociedad cada vez más envejecida. Más del 8% de los conductores que circulan en nuestro país es mayor de 65 años, con las limitaciones físicas y psicológicas que ello supone. Aunque está regulado cuándo este segmento de edad debe abandonar la vida laboral o pasar a formar parte de la tercera edad, no está especificado cuándo es buen momento para dejar de ponerse al volante de un coche. Y si bien se ha demostrado que con los años los reflejos para conducir disminuyen, la legislación no especifica un límite de edad para conducir. Por esta razón es necesario seguir unas pautas que permitan una conducción segura, entre las que se incluyen las revisiones médicas periódicas, la recomendación de no conducir con condiciones adversas y la necesidad de extremar las precauciones en todo momento.

Reglamento sin límite de edad

Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), de los cerca de 20 millones de conductores registrados en España en 2002, 1.657.352 han cumplido los 65 años. Esta cifra representa el 8,36% del total y refleja un constante envejecimiento del censo de conductores, en línea con el experimentado por la sociedad en general. Sin embargo, y a pesar de estar constatado que el aumento de edad provoca limitaciones físicas y psíquicas, el Reglamento General de Conductores no establece un límite de edad para dejar de conducir

El Reglamento General de Conductores no establece un límite de edad para dejar de conducir

. Aunque, como indica Juan Antonio Sánchez-Trillo, psicólogo del departamento de Seguridad Vial del Real Automóvil Club de España (RACE), “el permiso de conducción está sometido a revisiones psicofísicas periódicas, incrementándose la frecuencia de dichas revisiones a medida que la edad avanza”. De este modo, hasta los 44 años el permiso se prorroga cada diez años, entre los 45 y los 69 años la revisión es cada cinco años y a partir de los 70 años se prorroga cada dos años.

Reglamento sin límite de edad

No obstante, según matiza el experto, el período normal de vigencia de las diversas clases de permisos y licencias de conducción podrá reducirse si, al tiempo de su concesión o prórroga de su vigencia, se comprueba que el titular padece una enfermedad o deficiencia que, aunque de momento no le impida conducir y goce de todas las facultades, puede ser susceptible de agravarse. Las causas más frecuentes para denegar el permiso de conducción a personas mayores son el deterioro visual (glaucoma, cataratas), ciertas patologías cardiovasculares y neurológicas (ictus, Parkinson) y, en edades muy avanzadas, el deterioro cognitivo (inicios de demencia).

Entre otras alteraciones, a medida que se envejece, la percepción de la realidad comienza a ser más deficiente, provocando que la persona no tenga toda la información en un caso extremo, o que tarde más en reaccionar, provocando situaciones que aumentan el riesgo de sufrir un accidente. ¿Cuáles son las principales limitaciones de los conductores mayores?

Limitaciones

Según los expertos de la DGT y el psicólogo del departamento de Seguridad Vial del RACE, existen una serie de limitaciones entre las personas de la tercera edad a la hora de ponerse al volante:

  • Deterioro sensorial: Principalmente visual y auditivo. La agudeza visual estática y dinámica sufre un claro deterioro, se reduce el campo visual periférico y el movimiento angular, así como la visión del color, la acomodación, la sensibilidad al deslumbramiento? Además, aparecen patologías oculares (cataratas y glaucoma). Además se produce un deterioro auditivo, afectando sobre todo a la captación de la procedencia del sonido.
  • Procesamiento cognitivo: Entre los deterioros cognitivos más frecuentes destacan el deterioro en el nivel de vigilancia (fatiga y tiempo de recuperación), la falta de atención selectiva, fallos en la memoria a corto plazo, dificultad de reconocimiento y la falta de flexibilidad para adaptarse a nuevas situaciones.
  • Ralentización en la toma de decisiones y el sistema motor: Aumenta el tiempo de reacción motora, se produce una pérdida de reflejos y falta de agilidad motriz. Además, hay que tener en cuenta los efectos secundarios de los fármacos, que afectan mucho más a las personas mayores y son habituales en esta etapa de la vida.

En el estudio “La seguridad vial de las personas mayores en la población española”, realizado por la Dirección General de Tráfico, se destaca que los conductores mayores que tienen alguna limitación utilizan estrategias para compensarlas, como el repaso al Código de la Circulación, preguntar, salir acompañados, parar y consultar el mapa o hacer un plano del recorrido. En muchos casos, estas compensaciones hacen que los problemas pasen desapercibidos o que no existan para el conductor de edad. Según indica el estudio, las condiciones ambientales también suponen una fuente de limitación para los mayores

Las condiciones ambientales también suponen una fuente de limitación para los mayores

, que en mayor medida temen al mal tiempo (69% de los mayores) o conducir de noche (57% de los conductores de más de 65 años). Por ello, como refleja el informe, los conductores mayores suelen conducir por vías con buen alumbrado (82%), buena señalización (76%) y que se encuentran bien asfaltadas (74%).

La disminución de la capacidad espacial es también patente conforme pasan los años, y como indica el estudio, un 21% de los conductores mayores tienen dificultades para aparcar, sobre todo para calcular el espacio (62% de las veces) y para mover el vehículo hacia atrás (38% de las veces). Compensan estas dificultades aparcando en batería, en lugares sencillos (67%) o tomándose tiempo y aparcando con tranquilidad (36%). Un 28% de los conductores de edad reconocen también experimentar dificultad en los adelantamientos. También en este caso desarrollan estrategias para superar la dificultad y suelen esperar a estar seguros para adelantar.

Aunque no todas las personas que llegan a una edad avanzada se encuentran en el mismo estado, como asegura Juan Antonio Sánchez-Trillo, existen unas pautas generales para poder conducir con seguridad conforme pasan los años:

  • Hacerse revisiones médicas periódicas: Deben hacer especial hincapié en la vista (el 90% del procesamiento estimular para la conducción es adquirido por la vista), sin descuidar las revisiones auditivas.
  • Ser conscientes de las limitaciones de la edad: No conviene realizar viajes largos, así como conducir en condiciones que exijan recursos psicofísicos excesivos, como la conducción nocturna o en condiciones meteorológicas extremas (lluvia, nieve, niebla, etcétera)
  • Realizar una conducción defensiva: Es decir, deben asegurarse bien las maniobras, prestar una atención especial a las normas de circulación y llevar a cabo una conducción estratégica (planificar los desplazamientos, conducir con buena luminosidad, elegir el mejor trayecto, circular por vías en buen estado).

A pesar de todas las recomendaciones, son muchos los mayores que se sienten “en plena forma” y no son capaces de asumir que los años pasan y sus habilidades se deterioran. ¿Cómo puede afectar psicológicamente a estas personas que se les indique la conveniencia de dejar de conducir?

Consecuencias psicológicas

Uno de los mayores problemas en la etapa madura, unido a las limitaciones de la edad, es el exceso de autoconfianza, basado en la idea de que la experiencia sustituye al deterioro. Por este motivo, según asegura el experto del RACE, una retirada del permiso de conducir puede “perjudicar la autoestima y la confianza de la persona”. Sin embargo, en la mayor parte de los casos, es el conductor mayor quien reconoce sus limitaciones para conducir con seguridad y quien progresivamente va cambiando de rol en sus desplazamientos, pasando de conductor a pasajero. “De este modo evita conducir en largos viajes y sólo utiliza el vehículo para desenvolverse en su entorno”.

Por su parte, la psicóloga María Rodríguez, del Centro de Estudios y Terapia del Comportamiento de San Sebastián, considera que la primera reacción de una persona mayor es no aceptar que la renovación del carné haya que hacerla en periodos de tiempo más cortos

La primera reacción de una persona mayor es no aceptar que la renovación del carné haya que hacerla en periodos de tiempo más cortos

, ya que es difícil asumir que la edad produce limitaciones. Y son muchos quienes las intentan ocultar o disimular. También reaccionan con enfado cuando no pasan el test psicológico y tienden a enfrentarse con el centro psicotécnico. En los peores casos, como asegura María Rodríguez, esta situación puede producir un trastorno de estado de ánimo que necesitaría ser tratado por un profesional.

Para sobrellevar la situación, ambos expertos subrayan la importancia de “contar con el apoyo familiar” y tener en cuenta que aunque llegar a una edad avanzada no signifique tener que “aparcar el coche para siempre”, se puede mantener una vida activa y continuar haciendo las mismas cosas con las que disfrutaba incluso en el caso de que deba dejar de conducir. Quizás sea un buen momento para redescubrir la ciudad paseando por sus calles, o utilizar los transportes públicos, que en todas las localidades tienen descuentos para las personas mayores.

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