Efectos de la contaminación en la salud de los más jóvenes

Aunque algunas sustancias químicas se prohibieron a partir de los años 70, todavía hoy se pueden detectar restos en el organismo de los adolescentes españoles
Por Montse Arboix 19 de noviembre de 2014
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Imagen: Darren Flinders

La contaminación es un factor importante en el desarrollo de muchas dolencias, como las enfermedades cardiovasculares, las respiratorias o el cáncer. Gracias a que la investigación aporta conocimientos sobre sus efectos adversos, progresivamente se prohíbe el uso de las sustancias químicas o materiales peligrosos para la salud de las personas, como el pesticida DDT o el amianto. No obstante, es muy difícil eliminarlos por completo del medio ambiente y del organismo de las personas, ya que persisten a lo largo del tiempo. Ahora, un trabajo muestra cómo el subproducto del DDT permanece en el organismo de los adolescentes españoles, a pesar de estar en desuso hace más de 20 años. Este artículo aporta detalles de este estudio y de cómo la contaminación empeora el rendimiento de los escolares.

Contaminación: químicos que persisten en las personas

Todavía hoy se detectan sustancias químicas tóxicas, como los compuestos organoclorados (OCs), en los organismos de los adolescentes españoles, a pesar de que muchos países prohibieron su producción y utilización entre la década de los 70 y 80. Esta es la conclusión de un trabajo realizado por expertos del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), junto con el departamento de Química Ambiental del IDAEA-CSIC.

El efecto pernicioso de las sustancias químicas pervive durante 20 años en el ambiente y en muchos alimentos

El estudio se ha realizado en una muestra de 580 niños de Tarragona y Menorca, incluidos en el Proyecto INMA, cuyo objetivo es evaluar qué impacto tiene el medio ambiente en la salud de los niños españoles. Aunque los niveles de OCs en el entorno han disminuido debido a su prohibición, los autores querían valorar si también lo habían hecho en el organismo de los adolescentes. Para ello, se tomaron muestras de sangre a los participantes en el momento de nacer, a los cuatro años y a los 14, y se midió la concentración de varios compuestos, entre ellos el subproducto DDE (derivado del pesticida DDT) y varios bifenilos policlorados (PCBs).

Sustancias químicas hasta en la leche materna

El análisis demostró que la concentración de DDe y PCBs era mayor a los 14 años que en el nacimiento. Los autores lo atribuyen a la dieta, puesto que es la fuente principal de estos compuestos químicos. Un estudio anterior del CREAL, publicado en la revista Environmental Health Perspectives, ya apuntaba que la degradación del DDE tiene una vida media de unos 20 años y se encuentran pequeñas cantidades en el medio ambiente y en muchos grasa. Sobre todo, en aquellos que provienen de la tierra, como la fruta y la verdura, ya que estos químicos se usaron de forma extensa en la agricultura.

Los resultados también muestran cómo en niños alimentados con leche materna durante sus primeros meses, la concentración de compuestos químicos son mayores. Sin embargo, los autores añaden que la leche materna otorga muchos más beneficios que el peligro que puedan suponer estos químicos. Estudios realizados en países del norte de Europa o EE.UU. aportan resultados similares.

Hay que tener en cuenta que, a pesar de la prohibición, la Organización Mundial de la Salud (OMS) todavía recomienda el uso de DDT en los países en desarrollo, en la lucha contra el vector de la malaria, el mosquito Anopheles. Sin embargo, la opinión de los científicos es que es fundamental hacerlo bajo unas pautas estrictas de uso y de aplicación para minimizar sus efectos perniciosos sobre la salud de las personas y del medio ambiente, sin cesar en el empeño de encontrar una solución menos agresiva para resolverlo.

La contaminación empeora el rendimiento de los escolares

Está demostrada la relación directa que hay entre la contaminación atmosférica y el desarrollo de múltiples enfermedades. Algunas de las que engrosan la lista de consecuencias de la polución en las personas son: cáncer (sobre todo de pulmón), alteraciones cardiacas (aumento de la frecuencia cardiaca, la presión arterial, incremento de eventos trombóticos que predisponen a los infartos de miocardio), enfermedades respiratorias como asma, alergias, diabetes, problemas al nacer (prematuridad, bajo peso o aumento de la mortalidad infantil), menor esperanza de vida y alteraciones neurocognitivas.

Embarazadas, ancianos y niños son los grupos de población más vulnerables a sus efectos. Es precisamente en este último grupo donde se ha estudiado el efecto que causa sobre el aprendizaje. Anteriores estudios ya han puesto en evidencia que altos niveles pueden afectar al rendimiento escolar e influir de manera negativa sobre la fatiga, el absentismo escolar y los problemas de atención. El trabajo, realizado por investigadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se ha realizado en Chile, donde los problemas de contaminación son notorios y donde, además, cuentan con mucha información recogida sobre ello y sobre resultados de test educativos estandarizados. Esto ha permitido, según los autores, analizar la evolución de los resultados educativos en función de la contaminación del aire, para aislar otras causas posibles.

El estudio ha evaluado a escolares de cuarto grado (9-10 años), octavo (13-14 años) y décimo (15-16 años) de 3.880 escuelas chilenas de las regiones Metropolitana, Valparaíso y O’Higgins. El resultado más importante es que han podido evidenciar que la contaminación tiene un impacto significativo en el aprendizaje de los niños: a mayor nivel de PM10 y de ozono, peores han sido los resultados de los exámenes. La PM10 es una de las partículas más activas. En personas sanas, provoca síntomas respiratorios con mayor frecuencia que cualquier otra, como irritación en las vías, tos o dificultad para respirar. A la vez, empeora las enfermedades crónicas y el asma.

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