La importancia de cuidar el suelo pélvico en la mujer

Cualquier edad es buena para empezar a ejercitar el suelo pélvico y conseguir que mejoren sus condiciones de fuerza y elasticidad
Por Montse Arboix 14 de enero de 2015
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Imagen: Londondeposit

El suelo pélvico en la mujer hace de sostén de los órganos abdominales y, como cualquier grupo muscular del organismo, es importante mantenerlo en forma. Sin embargo, no se le presta demasiada atención hasta que surgen las primeras señales de pérdida de fuerza en forma de incontinencia o disfunción sexual. Este artículo señala la importancia de conseguir y mantener un suelo pélvico en las mejores condiciones y cómo hacerlo. Además, se apunta por qué los hombres tampoco deben descuidarlo.

El suelo pélvico de la mujer lo configuran una serie de ligamentos y músculos profundos y superficiales, cuya función es hacer de sostén de los órganos de la cavidad abdominal -vejiga, útero, vagina y recto- y conferir estabilidad a la columna y a la pelvis. No obstante, se debilita de manera progresiva con el paso de los años debido a la pérdida del tono muscular generalizado, el embarazo, la menopausia (Gema García Gálvez, ginecóloga responsable de la Unidad de Suelo Pélvico del Hospital Quirón, en Madrid, y colaboradora en menopausia.

Los ejercicios de Kegel también pueden ayudar a los hombres a fortalecer los músculos y a mejorar las relaciones sexuales
En el embarazo, «esta musculatura soporta el aumento de peso que conlleva el bebé y los cambios hormonales, lo que disminuye la capacidad de contención, por lo que hasta un 40% de las españolas padecerá pérdidas de orina en este periodo«, especifica esta experta. «Durante el parto, debe estirarse tanto que, sin los mecanismos de defensa del propio embarazo, el daño sería irreparable. Los síntomas propios de la menopausia también afectan a esta musculatura, sobre todo si ya llega debilitada o lesionada», añade.

Los ejercicios específicos, como los ejercicios de Kegel, son fundamentales para fortalecerlo: «Cuanto antes se tome conciencia de su importancia y se empiece a ejercitar esta musculatura, mejor se podrán minimizar los inconvenientes citados antes. Para ganar calidad de vida hay que conocerse mejor el cuerpo y, sobre todo, el suelo pélvico, además de fortalecerlo a cualquier edad. Si no hay problemas previos, cinco minutos al día son suficientes para mantenerlo tonificado», expone García.

Un bajo tono muscular en el suelo pélvico se puede traducir en incontinencia urinaria ante cualquier esfuerzo (reír, toser…); incontinencia fecal; prolapso uterino (descenso del útero), cistocele (de la vejiga) y rectocele (del recto); alteraciones en las relaciones sexuales (disminución de la sensibilidad y de la intensidad de los orgasmos, penetración dolorosa…). Estos efectos, además, tienen consecuencias emocionales, ya que causan inseguridad y vergüenza a la afectada y provocan una disminución de su calidad de vida. Por este motivo, la especialista insiste en que, en cualquier caso, si hay problemas de suelo pélvico que provocan incontinencia urinaria, hay que consultar con un especialista.

Gimnasia hipopresiva

La gimnasia hipopresiva es un conjunto de técnicas posturales ideadas por el Dr. Marcel Caufriez, uno de los fundadores de la reeducación uro-ginecológica y creador de conceptos como ‘hipopresivo’ y ‘fisiosexología’ y de muchas técnicas en el campo de las Ciencias de la Motricidad y la Rehabilitación. Los ejercicios hipopresivos engloban diversas técnicas con posturas y movimientos cuyo objetivo es disminuir la presión en la cavidad torácica, abdominal y pélvica. Con ello se pretende prevenir alteraciones del suelo pélvico (sobre todo, en el posparto) y la incontinencia urinaria, aunque también, según sus defensores, lesiones articulares y musculares. En los últimos años, se ha popularizado tanto la gimnasia hipopresiva que, incluso, muchos centros deportivos lo ofrecen como un sistema de entrenamiento.

De hecho, se han publicado numerosos trabajos acerca de la idoneidad de las técnicas hipopresivas en la prevención y como coadyuvante en la resolución de alteraciones del tono de la musculatura del suelo pélvico. Un estudio presentado en el Congreso franco español del Suelo Pélvico y Pelviperineología, realizado en 2007 sobre un grupo de 100 mujeres de 36 años de media y afectadas de incontinencia urinaria e hipotonía del suelo pélvico, presentó mejoras en la fuerza contráctil, en el aumento de tono y en la capacidad de amortiguación (48%) tras seis meses de realizar 20 minutos diarios de gimnasia abdominal hipopresiva. Otra investigación realizada en personas mayores también aportó resultados beneficiosos tras seguir el mismo régimen de ejercicios: mejoras en el tono de reposo del suelo pélvico, en el bloqueo perineal al esfuerzo y disminución de los síntomas de incontinencia urinaria, entre otros.

No obstante, los estudios realizados hasta ahora señalan que, aunque la gimnasia abdominal hipopresiva puede ser una buena opción para trabajar el abdomen y el suelo pélvico tras el parto, no hay evidencia científica de que aporte más beneficios que los ejercicios de Kegel tradicionales.

El suelo pélvico masculino

En los hombres, también las disfunciones del suelo pélvico provocan una merma en su calidad de vida. De todas, la que origina más consultas al médico es la incontinencia urinaria, por su repercusión psicológica y sexual. Datos de la Unidad de Urología de la Fundació Puigvert señalan que uno de cada cuatro casos de incontinencia urinaria se registra en hombres y, en la mayoría, es secundaria a una cirugía de próstata. Por este motivo, tal y como recomienda la bibliografía, los ejercicios de Kegel también pueden ayudar a los hombres a fortalecer los músculos que sostienen la vejiga, la próstata y el intestino grueso, y a mejorar sus relaciones sexuales.

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