Metered data: el fin de las tarifas planas

El creciente acceso móvil a Internet y el aumento de las aplicaciones web preocupan a las operadoras, que piden volver al pago por consumo de datos
Por Jordi Sabaté 14 de abril de 2010
Img metereddata portada
Imagen: Juan Pablo Olmo

Una de las premisas de la futuratecnología 4G es que tanto la voz como los datos circularán en la telefonía móvil por el protocolo de Internet. De ello se infiere que las operadoras dejarán de cobrar las llamadas por minutos y puede que, incluso, las revendan a servicios como Skype, especialistas en VoIP. La factura del teléfono contabilizará megabits consumidos en lugar de tiempo de llamada. Ahora bien, ¿significa esto que el usuario mantendrá la contratación de una tarifa plana mensual y no pagará nada más? No está nada claro que sea así. Las preferencias de las operadoras apuntana que se pagará por datos consumidos. Es lo que se conoce en el argot de las telecomunicaciones como “metered data bill” (factura por dato consumido). La razón: aducen que un 1% de los usuarios consumen el 25% del ancho de banda total y colapsan las redes en detrimento del resto de usuarios. Los proveedores de acceso por cable y ADSL también estudian aplicar métodos similares.

Un futuro muy caro

Un futuro muy caro

Puede que sea cierto que una categoría de usuarios denominados “heavy users” (usuarios intensivos) “abusen” del ancho de banda comunitario para descargarse todo tipo de archivos, desde películas a música y videojuegos. Pero puede también que sea una información interesada, ya que las empresas repiten una y otra vez el mismo aserto desde hace más de un lustro. Es un dato difícil de comprobar, puesto que implicaría entrar en las comunicaciones privadas de las personas para estudiar quién se baja más o menos archivos, algo del todo ilegal.

Pero con independencia de que haya “abusos” por parte de unos pocos, es innegable que las operadoras de móviles están ante un escenario futuro complicado. Por un lado, el desarrollo de las nuevas tecnologías, y sobre todo en base web, les exige un creciente esfuerzo para proporcionar el ancho de banda suficiente a los usuarios, de modo que disfruten con plenitud de las innumerables aplicaciones y servicios que se desarrollan cada día. Esto supone inversiones millonarias para el despliegue de nuevas antenas acordes con tecnologías como 3,5G, HSDPA o la incipiente 4G.

Lo último que quieren las operadoras de referencia es ser impopulares y perder clientes, pero tampoco tienen claro de dónde sacarán el dinero para seguir el ritmo de la innovación

Estas inversiones aseguran un ancho de banda móvil suficiente para los nuevos mercados tanto de vídeo y música en streaming, como de aplicaciones para los móviles inteligentes (“smartphones”) y videojuegos. Esto es: si las operadoras no invierten en infraestructuras, la economía basada en el comercio desde el móvil no despegará. Las presiones son importantes en un momento en el que numerosas industrias, como las culturales y de ocio intentan adaptarse a los nuevos tiempos mientras sus ventas caen de manera estrepitosa.

Por otro lado, la incorporación al mercado de nuevos agentes como los operadores móviles virtuales, con costes a la baja, y las regulaciones de precios que imponen organismos oficiales como la Comisión para el Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) les impiden subir las tarifas, cuando no les obligan a abaratarlas. En resumen, lo último que quieren las operadoras de referencia (Telefónica Móviles, Vodafone, Orange, T-Mobile, AT&T, Verizon, etc.) es ser impopulares y sufrir una sangría de usuarios hacia otras compañías, pero tampoco tienen claro de dónde sacarán el dinero para seguir el ritmo de innovación que les exigen los usuarios y el mercado.

En esto llegó LTE

Para complicar el panorama, los organismos reguladores y los fabricantes de móviles tomaron hace año y medio la decisión de adoptar la tecnología LTE como estándar 4G. LTE proporcionará un importante ancho de banda, pero también implica la conexión permanente a la Red (ahora el usuario se conecta cada vez que quiere acceder a un dato) y que la voz en el móvil pase a procesarse por el protocolo de Internet, VoIP.

De este modo, se abrirá la puerta a que servicios como Skype o Google Voice se instalen en el teléfono y permitan llamar a precios más bajos que los fijados por las operadoras. En determinados teléfonos que usan el sistema operativo Android, como algunos Nokia, e incluso los modelos que corren sobre iPhone OS, ya se pueden utilizar estas aplicaciones en mayor o menor media. Pero el consumo de datos es elevado y el ancho de banda es todavía pequeño, con lo que hay peligro de exceder los límites contratados en la tarifa plana de datos. Si sucediera esto, las llamadas serían demasiado caras.

Con LTE se abrirá la puerta a que servicios como Skype o Google Voice se instalen en el teléfono y permitan llamar a precios más bajos

Con LTE, estos inconvenientes terminarán y los operadores perderán el control sobre los servicios de llamadas. Es muy probable que desaparezcan de las facturas los costes de llamada por minuto y se sustituyan por otros ratios. ¿Cuáles? Es aquí donde se sitúa en la actualidad el debate, ya que las llamadas deberían formar parte de las tarifas planas de datos que se aplican ahora a los “smartphones”.

Las operadoras temen que al perder el control sobre el consumo de voz su negocio se desvirtúe y se conviertan en simples proveedores de acceso, obligados a aumentar el ancho de banda y, a la vez, a bajar los precios. También ven con recelo los consumos de ancho de banda móvil crecientes que ya se registran (no sólo desde móviles, sino también desdeultraportátilesy tabletas, lectores de libros electrónicos y “smartbooks“) y los negocios que diversas empresas hacen en el espacio que ellos han habilitado.

En febrero pasado en Barcelona, durante el World Mobile Congress, las principales operadoras mundialesanunciaron que crearían una plataforma conjunta de aplicaciones para móviles con el fin de competir con empresas como Apple, Google o RIM, el fabricante de las Blackberry. La intención es obtener beneficios de un mercado que está en continuo crecimiento para compensar las inversiones que deben hacer en infraestructuras. Sin embargo, la casi totalidad de los analistas se muestran escépticos sobre la rentabilidad de la iniciativa, dada la gran cantidad de sistemas operativos que hay y para los que habría que crear una versión de cada aplicación.

La solución, ir hacia atrás

La solución que las operadoras ven más idónea llega desde Estados Unidos, donde el mercado de la telefonía móvil se ha desarrollado con más lentitud y con un cierto retraso. Las operadoras estadounidenses realizan ahora una importante puesta al día de sus infraestructuras, que les sirve para implantar la tecnología LTE (en teoría, puede llegar a velocidades de descarga de datos de 326 Mbps, así como 82 Mbps de carga) en ciudades como Nueva York, Boston o Seattle, aunque todavía no en el mercado doméstico. Tanto Verizon como AT&T ya han anunciado con reiteración que el acceso a su nueva red 4G se pagará por datos consumidos (“metered data”) y no por tarifas planas, lo que supone una vuelta a los inicios de los servicios de acceso a la Internet móvil, pero ahora con calidades muy superiores.

Tanto Verizon como AT&T ya han anunciado que el acceso a su nueva red 4G se pagará por datos consumidos y no por tarifas planas

Aunque no ofrece 4G, sino un sistema basado en una optimización de HSDPA, T-Mobile también apunta al pago por consumo y al fin de las tarifas planas. La filosofía de esta compañía es, según su responsable en América, Cole Brodman, pagar por la calidad del acceso y, por tanto, por el uso de su red. Se ofrece más ancho y cobertura, pero se paga en función del uso que se haga. Los “heavy users” tendrían que pagar por su “exceso de uso” y el resto de los usuarios accederían a redes menos colapsadas a precios asequibles. Del mismo parecer es el jefe de operaciones de Verizon, Richard Linch.

En Europa, y en especial en países como España que sufren sobrecargas de tráfico de red en verano, la tecnología 4G se ve como una imposición en un momento en el que se comienzan a amortizar las inversiones realizadas en los protocolos 3G y en HSDPA. Una nueva inversión en este sentido, con el apremio de la Unión Europea, llega demasiado pronto y debe suponer ciertas contrapartidas: las operadoras demandan más espectro radioeléctrico, en especial el que quedará libre con el fin de las emisiones analógicas de televisión, tal como declaró a EROSKI CONSUMER Maite Arcos, presidenta de REDTEL, la patronal del sector.

De momento, el Ministerio de Industria prefiere destinar estas frecuencias a proyectos de comunicación sin ánimo de lucro, por lo que es muy posible que también en España la tecnología LTE llegue acompañada del fin de las tarifas planas por acceso a datos.

¿El fin también para las planas de ADSL?

Los proveedores de acceso a Internet vía cable y ADSL también se han planteado terminar con las tarifas planas y, si bien no volver a los tiempos remotos en que se pagaba la Red como una llamada de teléfono, establecer un sistema de pago por volumen de datos consumido. Alegan, igual que las operadoras, que los usuarios intensivos colapsan las redes a precio de saldo, mientras que otros usuarios sufren los colapsos y pagan por un servicio que infrautilizan. De este modo, mientras unos se sorprenderían al pagar facturas más elevadas que las de su tarifa plana actual, otros lo harían por lo contrario, con gastos menores.

En Europa, la tecnología 4G se ve como una imposición en un momento en el que se comienzan a amortizar las inversiones en los protocolos 3G y HDSPA

Creen que una solución de pago por consumo sería más justa, les permitiría mejorar el ancho de banda, prestar un mejor servicio y, sobre todo, no tener que atacar la neutralidad de Internet, un derecho que además cuenta con el apoyo del actual Gobierno de Estados Unidos, por lo que se considera una batalla perdida por parte de los ISP de aquel país.

El sistema de pago por datos en tierra se conoce como “metered broadband” y se basa en el mismo concepto que la factura del gas, de la luz o del agua: tanto gasta el usuario, tanto paga. Sin embargo, no está claro que este sistema tuviera beneficiarios y pudiera encarecer las comunicaciones a todos sin garantías suficientes de una mejora en el servicio.

Los vídeos, la música y otros productos en streaming aumentan año a año el ancho de banda necesario para que la experiencia del usuario sea óptima y, aunque no hay riesgo de colapso, es cierto que los proveedores gastan mucho dinero en el mantenimiento de las redes, cuando no están obligados por ley a extenderse a zonas poco rentables. Hasta tal punto podría encarecer la factura el “metered broadband”, que algunos analistas señalan que, de aplicarse, el futuro de Internet pasaría a ser en exclusiva vía móvil. De momento, la única experiencia reciente de “metered broadband” es la que aplicó Time Warner el año pasado y que acabó por retirar ante la fuga masiva de usuarios a otros ISP.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube