CB-27: banda de radio ciudadana

La conocida como "banda ciudadana" permite a sus usuarios comunicarse con libertad por radiofrecuencia en distancias de hasta 30 kilómetros
Por Jordi Sabaté 21 de junio de 2010
Img bandaciudadana portada
Imagen: Dave Smith

Una escena habitual de los “road movies” americanos es la del clásico camionero que habla a un micrófono unido por cable a un aparato de radiofrecuencia. Es un usuario de banda ciudadana, diferente de los radioaficionados, que se comunica con sus compañeros de la carretera. Este método, que usa la frecuencia de 27 megahercios, popular desde los años setenta entre los profesionales del volante, permite informar de incidencias, atascos y adversidades meteorológicas, pero también comunicarse e incluso jugar con otros usuarios. Ahora la llamada CB-27se enfrenta al reto de adaptarse a un mundo regido por la comunicación digital.

Imagen: Dave Smith

Por definición, la banda ciudadana es la porción del espectro de frecuencias destinada a la libre comunicación entre el personal civil, por medio de la radio y sin exámenes o preparación especializada. Esto quiere decir, en principio, que cualquier persona puede comunicarse por este método con otras, aunque en todos los países no ocurre así. En España, la legislación sobre el sector se ha actualizado hace pocos meses, pero se necesita una licencia para poder usar la banda ciudadana tras el pago único de una tasa de 107 euros. La licencia tiene una validez de cinco años. Pasado este tiempo, hay que volver a pagar la tasa correspondiente para renovarla. Sin embargo, un avance en esta materia con respecto al pasado es que la nueva legislación contempla una licencia única por persona para aparatos homologados, en lugar de una por cada aparato.

Los 27 megahercios

La banda ciudadana también se conoce como CB-27. Las iniciales CB provienen de «citizen band» («banda ciudadana» en inglés) y el número tiene su origen en la frecuencia donde se permite operar: entre 26,9 y 27,4 megahercios, con una longitud de onda de once metros. En la práctica, esto se traduce en que el máximo alcance de comunicación está en torno a los 30 kilómetros. Aunque de acuerdo a los rebotes de las ondas en la ionesfera, éstas pueden llegar a cualquier parte del planeta.

En España se necesita una licencia para poder usar la banda ciudadana, tras el pago único de una tasa de 107 euros

Por ello, no es raro que los usuarios de la banda ciudadana detecten interferencias en sus comunicaciones cercanas por parte de usuarios de otras zonas del globo. De todos modos, el alcance de la CB-27 varía mucho con las condiciones ambientales, los días nublados o la orografía, ya que depende de una antena unida al aparato.

El sistema de funcionamiento es muy sencillo. Se precisa de una fuente de alimentación para la estación base, que lleva unido un micrófono, y un punto de sujeción para la antena, que debe conectarse a la estación. En ocasiones, se cuenta con dispositivos autónomos que se conectan por radio a la estación base, los conocidos «walkie-talkie». El precio medio de los aparatos alcanza alrededor de cien euros, aunque algunas ofertas fijan el precio en 75 euros y otras máquinas sofisticadas superan los 200 euros.

Cuarenta canales

Los camioneros son los principales usuarios de este servicio gratuito, que en los últimos años ha descendido en número de seguidores de manera vertiginosa, sustituido por la telefonía móvil y las comunicaciones 3G. El número de licencias ha pasado de 225.000 en septiembre de 2007 a 125.000 en marzo de 2010. La independencia del clima de las comunicaciones por triangulación, la mayor calidad de sonido y la intimidad de las comunicaciones han hecho, junto con la llegada del GPS, que muchos transportistas abandonen la CB-27 o la usen sólo cuando el móvil carece de cobertura.

ImgImagen: Msmcomunicaciones

Estos profesionales se comunican por el canal 19, uno de los cuarenta autorizados para el uso de la banda ciudadana, si bien otros usuarios pueden utilizarlo. A través de él, se comunican incidencias, se da aviso de accidentes o se mantiene el contacto con otras personas en las horas de soledad. Otro canal, el 9, se destina en principio a las comunicaciones de emergencia y de la Cruz Roja, aunque también se ha sustituido por los teléfonos de emergencia, como el 112.

Un canal muy popular es el 2, ya que se emplea con profusión durante el verano por los usuarios de camping que viajan en autocaravana y desean informarse sobre los lugares más adecuados para visitar en la zona y parar a descansar o a dormir. Por último, no está permitido usar la banda ciudadana para usos comerciales. No se pueden emitir anuncios a través de ella, ni ofrecer servicios de información remunerada. Las flotas de radio taxis no pueden operar en esta frecuencia.

Alfred Gross, recordado en la Red

Como muchos otros pioneros, a Alfred (Al) Gross, el padre del “walkie-talkie” y la banda ciudadana, se le reconoció poco en vida. No se hizo rico con sus patentes y tuvo que esperar a morir y a la llegada de Internet para obtener el merecido homenaje. En la Red, la presencia de lasasociaciones de banda ciudadana crece poco a poco, pero se consolida. La figura de su creador, sin embargo, es omnipresente y son numerosas las publicaciones que le rinden tributo.

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