Introducción al software libre

A estas alturas pocos son los que no han oído nombrar del software libre, cuyo máximo exponente es el sistema operativo Linux, pero pocos saben realmente de qué se trata.
Por EROSKI Consumer 10 de enero de 2005

Todo el mundo ha oído hablar de Linux y del software libre o abierto, muchas veces enfrentado al software comercial representado por encima de todo por Microsoft, pero muy pocos saben realmente en qué consiste este fenómeno que nació hace aproximadamente una década, y que hoy día ya es una realidad empresarial y social a tener muy en cuenta.

Un par de conceptos claros

  • El software libre (free software) se asienta sobre una filosofía sencilla a la par que revolucionaria: cuando los programadores pueden leer, modificar y redistribuir el código fuente (las tripas) de un programa, éste mejora rápidamente. Esta idea está recogida en la licencia GPL (Licencia Pública General) de la Free Software Foundation, nacida en los años 80 de la mano de Richard Stallman; todos los programas adscritos a esta licencia siempre podrán ser mejorados y se mantendrán abiertos.
  • El software libre no es necesariamente gratis, aunque es cierto que no se pagan licencias por uso como en el software comercial convencional, muchos productos se pagan por otros vías (‘empaquetado’ del producto, creación de productos a medida, servicios de consultoría o post venta…). Por otra parte, el software gratis o freeware no tiene porqué ser software libre. La confusión entre gratis y libre viene de que el término en inglés free tiene ambos significados.

¿Qué es entonces Linux?

Linux era el apodo del joven Linus Torvalds en la universidad y el nombre con el que bautizó un kernel basado en Unix y con licencia GPL. Un kernel es el núcleo de un sistema operativo, la parte que se carga primero y permanece en la memoria principal.

Es decir, lo que creó el famoso Torvalds fue el más importante de los actuales sistemas operativos open source, que actualmente también se conocen por extensión con el nombre de Linux, pero que son obra del trabajo conjunto de miles de desarrolladores de todo el mundo.

Y precisamente por eso, resulta mucho más correcto hablar de software libre u open source para los que gusten de anglicismos, que de Linux cuando se haga referencia a todo el fenómeno.

Las virtudes de Linux

  • Puede avanzar más rápidamente. Cualquier pequeño proyecto cuenta en potencia con un equipo de programadores mucho más grande y variado que el que ninguna empresa se podría permitir pagar jamás.
  • Es al menos tan estable y seguro como los sistemas propietarios (algunos expertos aseguran qu es mejor) y apenas le afectan los virus informáticos. Los errores se detectan y corrigen antes y las actualizaciones modificaciones son constantes.
  • Se ajustan mejor a las necesidades de cada uno, es posible programarlos para que se adapten a unas necesidades concretas.
  • No necesitan computadoras tan potentes. Por eso hay muchos proyectos solidarios basados en el software libre y en el reciclaje de las millones de computadoras que cada año desechan particulares y empresas.
  • Hay menor dependencia de las empresas de software comercial y de sus actualizaciones.

Los inconvenientes

  • Existen demasiadas posibilidades para elegir, se calcula que hay unas 150 distribuciones o ‘distros’ (conjunto de sistemas operativos y programas) importantes. Poder elegir es algo obviamente positivo, pero requiere del usuario que va a adentrarse en este mundo unos conocimientos y un esfuerzo mucho mayor.
  • Otro gran obstáculo para su popularización es su dificultad de uso. No es nada insalvable y cada vez va menguando, pero es innegable que trabajar con el software libre es algo árido para una persona con pocos conocimientos informáticos.

Precisamente por eso la comunidad open source se está esforzando desde hace años en desarrollar una interfaz gráfica sencilla y flexible que contribuya a que los usuarios de a pie le pierdan el miedo. Incluso ha recalcado que es más importante acercar el software libre al común de los mortales que, por ejemplo, seguir mejorando el núcleo de estos sistemas operativos.

Un pingüino por mascota

Por último, hay algo que también conviene saber: Linux está simbolizado por un simpático pingüino que responde al nombre de Tux (por tuxedo, esmoquin en inglés, y por Torvald UniX) y también está sujeto a la licencia GNU GPL, por lo que es un logotipo que se puede usar y modificar a placer.

¿Y por qué un pingüino? Hay un chiste para informáticos que explica que lo que no vuela, no se cae. También una leyenda falsa que dice que Linus Torvalds fue mordido por uno de estos animales. La verdad es simplemente que a Torvalds se le ocurrió comentar que le gustaban los pingüinos justo cuando andaban buscando un logotipo.

En qué consiste la licencia GPL

Según GNU España “los programas de ordenador suelen distribuirse con licencias propietarias o cerradas. Estas licencias son intransferibles y no exclusivas, es decir, no eres propietario del programa, sólo tienes derecho a usarlo en un ordenador o tantos como permita expresamente la licencia y no puedes modificar el programa ni distribuirlo. Los programas propietarios o cerrados, solo se distribuyen en binario, listos para ejecutarse en el ordenador”.

En cambio con la licencia GPL desarrollada por la Free Software Foundation “puedes instalar y usar un programa en un ordenador o en tantos como te apetezca, sin limitación. También puedes modificar el programa para adaptarlo a lo que quieras que haga. Además, podrás distribuir el programa GPL tal cual o después de haberlo modificado. Puedes hacer esto, regalando el programa o vendiéndolo. La única obligación, es facilitar siempre el código fuente, es decir, el programa de forma que pueda ser leído por un programador”.

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