En los jardines un tanto irregulares es posible que existan pendientes que sean un problema para sus propietarios que tal vez hubieran deseado cultivar plantas en aquel lugar y han tenido que abandonar la idea por no saber cómo afrontar ese desnivel.
Desde aquí se les va a explicar otra opción que no sea la de las recurridas pendientes de césped ni las costosas rocallas, simplemente se plantarán diferentes especies apropiadas para vegetar en lugares con inclinaciones más o menos importantes.
El primer paso que hay que dar es la retirada de las malas hierbas existentes en la zona, siendo muy importante eliminar a su vez las raíces de estos hierbajos que en un futuro, cuando esté plantada toda la zona, serían más difíciles de erradicar.
Una vez esté limpio el lugar, se comienza a remover la tierra bien con una horquilla, si hay mucho desnivel, o cavando oblicuamente y arrojando la tierra hacia arriba, si la pendiente no es muy pronunciada. También es interesante y conveniente enriquecer el sustrato, abonando con materia orgánica.
A la vez que se realiza esto se puede ir graduando o suavizando la pendiente si ésta tiene un desnivel realmente importante. Para ello se puede ir añadiendo tierra a partir de la mitad inferior de la pendiente, pero tratando siempre de mantener un cierta uniformidad.
Con el terreno preparado, el siguiente paso es plantar las diferentes especies entre las que se pueden elegir los enebros, el hipérico, el romero, las margaritas, las vincas o vincapervincas, etc. Existen otras muchas plantas que pueden ser válidas para terrenos en desnivel, pero después hay que estudiar si el pH del suelo les conviene hasta crear así un conjunto estético y práctico.
Para que toda esa zona aparezca cubierta, sin claros, es importante conocer la densidad de ejemplares de cada especie que se pueden plantar por metro cuadrado. Realizando bien el trabajo previo, los resultados llegarán al cabo de un año aproximadamente, cuando todas las plantas vayan floreciendo y cubran totalmente esa zona donde antes sólo había un desnivel.
Al margen de la indudable función estética, uno de los beneficios que tiene el cultivo de plantas en estos lugares con cierto desnivel, es que las propias plantas ayudarán a estabilizar el terreno, previniendo así cualquier erosión del suelo.
Con estos consejos no hay excusa para cambiar el aspecto de una zona inclinada de cualquier jardín.
