El juzgado de primera instancia número 30 de Barcelona ha concedido una indemnización de casi 6.000 euros (1 millón de pesetas) a una pareja por el daño moral que sufrió al comprar un piso sin saber que padecía aluminosis, pues ni los vendedores ni la agencia inmobiliaria que hizo de intermediaria les informaron de este defecto estructural.
La sentencia emitida por el juez establece la responsabilidad de las agencias inmobiliarias en la intermediación de la compraventa de pisos, aunque los vendedores no les hayan informado de que la vivienda tiene problemas.
Según el juez, los agentes inmobiliarios y vendedores comerciales deben informarse sobre el estado de las fincas, pues su obligación es actuar «con eficacia, ética, decoro profesional, reserva y legalidad» y no es excusa que los vendedores no les hayan explicado todo o nada sobre la vivienda en venta.
El magistrado justifica la indemnización de casi 6.000 euros porque «es evidente que la compra de un piso con defectos estructurales de aluminosis, independientemente del perjuicio económico que pueda ocasionar, también causa un daño moral a quien lo adquiere en la confianza de que se encuentra en perfecto estado y tiene que soportar la incertidumbre sobre la evolución de tal patología».
El juez ha calculado la indemnización, que deberán pagar los vendedores del piso y la agencia inmobiliaria, restando un 25% del precio de mercado de la vivienda y comparándolo con el precio pagado por los compradores.
La vivienda tenía un precio de mercado en noviembre de 1999, fecha de la operación, de 20,3 millones de pesetas pero, según el cálculo de un arquitecto, su valor tenía que devaluarse un 25% por el grado de aluminosis que padecía, por lo que su precio caía a 15 millones de pesetas.
Puesto que los compradores pagaron 16 millones por la vivienda, el juez les devuelve, en concepto de indemnización, el millón de pesetas que pagaron de más en virtud del valor que se calcula que tiene el piso con aluminosis.
