Abril: la lechuga

Antes de consumirla, es importante lavarla siguiendo unas sencillas pautas de higiene
Por EROSKI Consumer 10 de abril de 2024
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Imagen: Neza Èerin
Entre el tomate, la cebolla, la zanahoria, el queso, el maíz, las aceitunas el huevo y otros muchos ingredientes que podemos encontrar en las ensaladas, no hay ninguna duda de que la reina es la lechuga. Sin lechuga no hay ensalada y sin lechuga a la hamburguesa le falta ese “toque” verde con el que purgamos la culpa por la ingesta de salsas tan calóricas como el ketchup y la mayonesa, entre otras. Más allá de servir de acompañamiento a otros platos, la lechuga es una de las verduras más recomendables por su alto contenido en aguapor su escasa cantidad de hidratos de carbono y menor aún de proteínas y grasas. Es, además, fuente de antioxidantes, en concreto de beta-caroteno y vitaminas C y E, y sus hojas más externas son las que concentran la mayor parte de vitaminas y minerales. Ahora bien, conviene lavarla muy bien antes de su ingesta. 

Origen y tipos de lechuga

El origen de la lechuga no está muy claro. Algunos autores afirman que procede de la India, mientras que otros la sitúan en las regiones templadas de Eurasia y América del Norte, a partir de la especie Lactuca serriola.

El cultivo de la lechuga comenzó hace 2.500 años. Era una verdura ya conocida por persas, griegos y romanos. Estos últimos tenían la costumbre de consumirla antes de acostarse después de una cena abundante para así poder conciliar mejor el sueño. Además, en esta época ya se conocían distintas variedades de lechuga. En la Edad Media su consumo comenzó a descender, pero volvió a adquirir importancia en el Renacimiento.

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Imagen: tijmen van dobbenburgh

Las primeras lechugas de las que se tiene referencia son las de hoja suelta, mientras que las variedades acogolladas no se conocieron en Europa hasta el siglo XVI. Dos siglos más tarde se obtuvieron numerosas variedades gracias a los estudios llevados a cabo por horticultores alemanes. La lechuga es una verdura cultivada al aire libre en zonas templadas de todo el mundo y también en invernaderos. En 2014 China, Estados Unidos, India, España y Japón fueron los principales países de producción de lechuga. En España se pueden destacar Murcia y Andalucía (sobre todo Almería y Granada). También se cultiva en la Comunidad Valenciana, Albacete y Cataluña.

Propiedades nutricionales

  • Alimento poco calórico. La lechuga es un alimento que aporta muy pocas calorías por su alto contenido en agua, su escasa cantidad de hidratos de carbono y menor aún de proteínas y grasas.
  • Vitaminas. Destaca la presencia de folatos y vitamina C, y en menor cantidad provitamina A o beta-caroteno, y vitamina E. La lechuga romana cultivada al aire libre es la variedad más rica en vitaminas, mientras que el tipo iceberg es la que menor cantidad de vitamina C presenta.
  • Minerales. La lechuga destaca por la presencia de potasio y hierro. También contiene magnesio y calcio, aunque en menor proporción. 
  • El calcio presente en la lechuga no se asimila apenas si se compara con los lácteos u otros alimentos buena fuente de este mineral. 
  • Algo similar ocurre con el hierro, cuya absorción es mucho mayor cuando procede de alimentos de origen animal. El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, además de colaborar en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.
  • El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.
  • Los folatos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y la formación de anticuerpos del sistema inmunológico.
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Imagen: Muffet

Lavar muy bien la lechuga, clave para evitar intoxicaciones

Antes de consumir la lechuga, es importante lavarla siguiendo unas pautas de higiene muy sencillas:

  •  🥬 Hay que retirar las hojas en mal estado. A continuación, se corta el tallo y se separan las hojas para después sumergirlas en agua con unas gotas de vinagre o lejía y así eliminar la tierra y los insectos que pueda tener.
  • 🥬 Después se lavan una a una cuidadosamente. Las hojas no deben ser cortadas ni aliñadas hasta el momento de su consumo. Para evitar pérdidas de vitaminas se aconseja añadir zumo de limón o vinagre.
  • 🥬 Si en el aliño se ha utilizado demasiado vinagre, se puede añadir a la ensalada unas bolitas de miga de pan para que absorban el exceso de vinagre. Pasados diez minutos se retira el pan, se añade un poco de aceite y de ese modo se arregla la ensalada.
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Imagen: iStock

En la cocina

El sabor de la lechuga se puede complementar con hierbas frescas o secas. Se pueden preparar sabrosas ensaladas con la mezcla de diferentes variedades de lechuga o con alimentos tan diversos como frutas, huevo, lácteos, derivados cárnicos, marisco, pasta o arroz, etc. También se pueden preparar ensaladas templadas con verduras cocidas. Se consigue así un plato de gran riqueza vitamínica.

Entre las recetas disponibles en en la Guía de Recetas de EROSKI Consumer, destacams la ensalada de lechugas con tacos de pomelo y anchoas y ensalada de lechugas variadas con mango

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