La llegada del otoño hace cambiar de hábitos y apetencias. De las comidas ligeras y frescas, pasamos a platos más sustanciosos y calentitos. Con los días que se acortan y las noches que refrescan, el cuerpo agradece el calor, por lo que las cremas y sopas están entre las mejores alternativas para comenzar cada comida. Las siguientes son recetas para el otoño, con verduras y hortalizas de temporada, ricas en nutrientes, saludables y muy reconfortantes para las jornadas frías y húmedas.
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1. Crema de calabaza y curry

🔸 Prepara la base aromática
Pon al fuego una cazuela con un chorrito de aceite de oliva. Cuando esté caliente, añade una cebolleta y un puerro cortados en brunoise (es decir, en cuadraditos muy pequeños). Deja que se cocinen a fuego suave, sin prisas, hasta que estén blanditos y huelan dulce.
🔸 Añade color y sabor
Incorpora 400 gramos de calabaza pelada y troceada, junto con una zanahoria cortada en rodajas. Remueve un par de minutos para que todo se impregne del sabor del sofrito, y luego añade también un calabacín pelado y cortado en trozos.
🔸 Cubre y cocina despacio
Añade agua hasta justo cubrir las verduras, pon una pizca de sal, tapa la cazuela y deja que hierva suavemente unos 40 minutos, hasta que la calabaza y la zanahoria estén tiernas.
🔸 Prepara el toque especial
Mientras tanto, en una sartén pequeña, calienta un poco de aceite de oliva. Añade dos dientes de ajo laminados y fríelos hasta que estén dorados. Apaga el fuego, incorpora una cucharadita de curry y remueve un segundo. Vierte este refrito sobre la cazuela, tapa y deja reposar 5 minutos.
🔸 Tritura, ajusta y disfruta
Bate las verduras hasta conseguir una crema suave y aterciopelada. Si queda muy espesa, añade un chorrito de agua caliente y rectifica de sal. Da un pequeño hervor final para que los sabores se mezclen bien.
✨ Un truco: acompaña tu crema con unos daditos de pan frito en aceite y ajo. Aportan el crujiente perfecto. ¡Listo!
2. Crema de alcachofas con trocitos de jamón
Este es un plato elegante y reconfortante, perfecto para los días fríos o para cuando quieras darte un capricho saludable.

🔸 Empieza con el toque salado
Trocea unos 50 gramos de jamón serrano en taquitos y saltéalos en una cazuela con un chorrito de aceite de oliva. Cuando estén doraditos y crujientes, sácalos y resérvalos: serán el toque final del plato. No limpies la cazuela: esa grasita que queda será oro para el sabor.
🔸 Prepara las alcachofas
Limpia 400 gramos de alcachofas retirando las hojas más duras hasta llegar al corazón tierno y amarillento. Rocíalas con un poco de limón para que no se oxiden y déjalas listas para usar.
🔸 Sofríe
En la cazuela donde has salteado el jamón, añade una cebolleta picada en brunoise —en cuadraditos finos— y cocínala a fuego suave hasta que esté transparente y huela dulce. Incorpora las alcachofas troceadas, remueve un minuto y deja que se abracen a la cebolleta.
🔸 Suma color y textura
Pela y corta en rodajas una zanahoria, una patata y un calabacín. Añádelos al sofrito, mezcla bien y cúbrelo todo con agua, justo hasta que las verduras queden tapadas. Cuando empiece a hervir, agrega unos puerros limpios y troceados y una pizca de sal, tapa la cazuela y deja cocer suavemente unos 40 minutos.
🔸 Aromatiza con un toque final
Mientras las verduras se cuecen, prepara un refrito sencillo: dos dientes de ajo laminados dorados en un par de cucharadas de aceite de oliva. Cuando estén listos, añádelos a la cazuela ya fuera del fuego. Deja reposar unos minutos para que los sabores se mezclen bien.
🔸 Tritura y sirve
Pasa todo por la batidora o el pasapurés hasta lograr una crema suave y aterciopelada. Si queda muy espesa, añade un poco de agua caliente y un chorrito de aceite de oliva. Ajusta de sal, reparte por encima los taquitos de jamón crujiente que reservaste al principio y, si te apetece, unos costrones de pan dorado.
3. Crema fina y sabrosa de setas

🔸 Empieza con el aroma base
Pica una cebolleta en brunoise (en cuadraditos pequeños) y ponla a pochar en una cazuela con un chorrito de aceite de oliva. Deja que se ablande y se vuelva transparente, sin prisas. Añade dos dientes de ajo picados y deja que perfumen la mezcla.
🔸 Incorpora los protagonistas
Suma dos puerros limpios y troceados y 250 gramos de setas (las que prefieras: champiñones, shiitake, portobello…). Rehoga unos minutos, deja que las setas suelten su jugo y que todo coja un tono dorado y un olor irresistible.
🔸 Da cuerpo al guiso
Pela dos patatas, córtalas en trozos irregulares y añádelas a la cazuela. Cubre justo con agua —sin pasarte— y sube el fuego hasta que empiece a hervir. En ese momento, echa una pizca de sal, tapa la cazuela y deja que burbujee suavemente durante unos 40 minutos, hasta que las patatas estén tiernas y los puerros se deshagan casi solos.
🔸 El toque mágico: el sofrito
Mientras tanto, en una sartén aparte, dora un par de dientes de ajo laminados en dos cucharadas de aceite de oliva caliente. No los dejes quemarse, solo doraditos. Añade este sofrito a la cazuela: le dará un sabor profundo y reconfortante.
🔸 Tritura, prueba y ajusta
Deja reposar unos minutos, luego pasa todo por la batidora o el pasapurés hasta obtener una crema sedosa y homogénea. Si te queda muy espesa, añade un poco de agua caliente. Prueba y rectifica de sal si hace falta.
🔸 Sirve
Reparte la crema en cuencos, decora con unos trocitos de setas salteadas y una pizca de perejil fresco picado.
4. Crema con verduras de la sopa
Esta receta es idónea para darle una segunda vida a un cocido o una sopa. Con las verduras que hayan quedado se puede preparar una crema reconfortante y sostenible, llena de sabor y textura, y perfecta para no desperdiciar nada.

🔸 Rescata las protagonistas
Coge dos zanahorias, una cebolla, un puerro y unos 100 gramos de patatas. Serán la base de una crema deliciosa. Sácalas del caldo y colócalas en el vaso de la batidora.
🔸 Dales nueva textura
Añade un chorrito del caldo donde se cocinaron —solo lo justo para ayudar a triturar— y bate hasta conseguir una crema fina y suave. Luego, incorpora un toque de sal y un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra. Mezcla bien y verás cómo se transforma en un puré sedoso, lleno de sabor casero.
🔸 El toque crujiente
Mientras la crema reposa un momento, tuesta o saltea unos frutos secos (pueden ser almendras, nueces o pipas) y fríe unos trocitos de pan hasta que queden dorados.
🔸 Sirve
Vierte la crema caliente en cuencos y espolvorea por encima los frutos secos y los panes crujientes. ¡Listo!
5. Sopa de ajo de pan seco y yema de huevo
¿Te ha quedado pan duro? ¡No lo tires! Con él puedes preparar una sopa de ajo casera, económica, reconfortante y muy sabrosa. Si además le añades una yema de huevo cuajada dentro, tendrás un plato de diez.

🔸 Comienza el sofrito
Pon cuatro cucharadas de aceite de oliva en una cazuela y, cuando esté caliente, añade cuatro dientes de ajo pelados. Déjalos dorarse hasta que empiecen a soltar aroma.
🔸 Dale protagonismo al pan
Añade 100 gramos de pan seco cortado en rodajas muy finas. Fríelo junto a los ajos hasta que esté tostado y crujiente, el punto en que empieza a oler a hogar.
🔸 Pon un toque del pimentón
Baja el fuego y añade una cucharadita de pimentón dulce y una pizca de pimentón picante. Remueve rápido para que no se queme.
🔸 Cuece
Cubre todo con dos litros de caldo caliente (de carne o de ave, según tu gusto), añade sal y deja que cueza suavemente durante unos 40 minutos.
🔸 Cuida la textura
Cuando el pan se haya deshecho y la sopa esté melosa, tritúrala hasta obtener una crema fina. Ajusta la sal y añade dos yemas de huevo directamente al caldo caliente para que se cuajen: puedes dejarlas enteras o remover para formar hilos dorados de huevo.
🔸 Sirve
Llévala a la mesa bien caliente, con unos trozos de pan tostado remojados en la propia sopa.


