El curry es un condimento de origen indio que combina el polvo de varias especias. Llegó a Europa en el siglo XVIII de la mano de los ingleses y su sabor fue bien aceptado por el paladar y la gastronomía continental. Hoy en día, se adquiere con facilidad en el mercado, ya sea en polvo o en pasta, y numerosas recetas sugieren su utilización. Y es que el curry tiene múltiples usos. Como salsa, como estofado, como plato único o como especia, es un buen recurso en la cocina. En este artículo, se explican esas variantes y, también, cómo hacer curry casero.
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Salsa de curry
Las salsas de curry son apropiadas para acompañar arroces, verduras y carnes, desde unas pechugas de pollo hasta el pescado asado.

👉 Cómo se hace
Ingredientes: una cebolla, un diente de ajo, unas rodajas de jengibre, mantequilla, vino blanco, caldo, nata y curry.
Preparación:
- Pela la cebolla, el ajo y el jengibre, y córtalos en trozos muy pequeños.
- Cocínalos a fuego suave en una cazuela con un poco de mantequilla.
- Retíralos del fuego y añade el curry en polvo o en pasta. Es importante hacer esta mezcla fuera del fuego para que el sofrito no se queme.
- Cuando la mantequilla se impregne con el curry, añade una copa de vino blanco y sube el fuego para que se evapore el alcohol.
- A continuación, moja la mezcla con nata líquida y caldo (de ave o pescado, según el uso que le vayas a dar a la salsa).
- Deja hervir a fuego suave durante 12 minutos y pon a punto de sal.
El curry como estofado
Algunos estofados también reciben el nombre de «curry», como el guisado de carne (de ternera o de ave) que se prepara con esta especia.

👉 Cómo se hace
- Primero, rehoga las verduras troceadas y un poco de jengibre con mantequilla o aceite, para luego aliñar todo con zumo de limón y curry. Este salteado se reserva hasta el final.
- Saltea la carne —si es posible, tierna— cortada en tiras o en cubos. La idea es que se dore la superficie, mientras el interior queda casi crudo.
- Una vez que consigas esta textura, saca la carne de la sartén y retira el aceite con el que has cocinado. Con un poco de vino, desglasa los jugos que se quedan adheridos a la base.
- Por último, junta en esa sartén la carne con el sofrito con curry preparado con anterioridad.
- Cubre con leche de coco, justo hasta el borde del preparado, para que no quede demasiado líquido, y deja hervir durante unos 15 minutos, hasta que quede un guiso cremoso.
- Pon a punto de sal y ¡listo! Ya está preparado un curry pollo, ternera, pavo, cerdo o la carne que más te guste.
💡 Un plato único de curry. Cuando los estofados de curry se sirven con arroz blanco hervido y luego salteado, se convierten en un plato contundente. Por ello, no es necesario pensar en entrantes o primeros platos. Con una ración de esta propuesta gastronómica, bastará.
El curry como especia
Otra posibilidad que ofrece el curry es utilizarlo como especia. Por ejemplo, para aromatizar platos de arroz o de legumbres, como las lentejas, que maridan de un modo muy natural con su sabor. Hay un par de trucos para acertar:
- El curry siempre debe agregarse cuando el arroz o el potaje ya esté hirviendo, para que se diluya y aromatice todo el preparado por igual.
- Es imprescindible tener mucho cuidado con la cantidad que se añade, ya que su sabor tiene mucha presencia y es conveniente evitar excesos.
Cómo hacer curry casero

Hacer curry casero es muy fácil. Solo se necesita un molinillo y unas cuantas especias. Se introduce en él una mezcla de cúrcuma, pimienta cayena, mostaza, clavo, cardamomo, cilantro seco, nuez moscada y pimienta. Todo ello en proporciones al gusto de quien cocina.
Aunque la elaboración es muy sencilla, muchas veces conviene comprar curry ya preparado, por su perfecta combinación de ingredientes. Eso sí, es importante tener en cuenta que, entre sus múltiples variedades, hay mezclas más o menos picantes. Por ello, al adquirirlo, hay que prestar atención al nivel de picante de la preparación que elijamos.