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Callos a la gallega

Tiempo > 1 h
Dificultad Alta
Valor energético 189 kcal
Nº de raciones 4
Temporada Invierno, Otoño, Primavera, Verano

Elaboración

Para esta receta podemos utilizar callos limpios. Si los compramos sin limpiar ni cocer, los deslavamos durante unos minutos en agua fría frotando para limpiarlos bien. Después dejamos a remojo durante 2 horas en un recipiente, cubiertos de agua fría con un buen chorro de vinagre. Transcurridas las dos horas, sacamos del remojo y volvemos a deslavarlos. Si en cambio utilizamos unos callos ya limpios y cocidos, solo deberemos preparar la salsa y luego agregarlos.

La salsa de los callos se elabora con un sofrito con aceite de oliva, los dos dientes de ajo y la cebolla, ambos cortados en brounoisse (muy finito). Cuando la cebolla esté muy blandita, agregamos el pimiento choricero rehidratado, el tomate troceado y dejamos cocinar durante 20 minutos a fuego suave. A continuación, añadimos una cucharadita de pimentón picante y una cucharada de harina. Removemos rápidamente para que no se queme el pimentón y mojamos con un poco de caldo, cocinamos la salsa otros 5 minutos para que espese un poco, y la trituramos con ayuda del pasapurés. La pasamos después por el colador chino, vertemos la salsa en los callos cocidos, calientes y troceados y dejamos que se cocine a fuego suave durante 10 minutos y apagamos.

Una vez retirada la cazuela del fuego, y cuando esté templada, dejaremos reposar de un día para otro dentro de la nevera. De esta manera, el plato adquiere mayor sabor y las carnes reposadas están más sabrosas. Al día siguiente regeneramos calentando a fuego suave hasta que comience a hervir y agregamos un puñadito de garbanzos cocidos. Podemos agregar también unas rodajitas de chorizo dentro de los callos, pero no es imprescindible.

Semáforo nutricional

El semáforo nutricional es un sistema de colores que permite entender los valores nutricionales de una forma clara, rápida y completa.

Una ración contiene

Calorías Grasa Grasa saturada Azúcares Sal
189 3,8g 1,4g 3,5g 1g
9% 5% 7% 4% 17%

* de la ingesta de referencia (IR) para un adulto

  • Baja: el 10% o menos de la ingesta de referencia
  • Media: entre el 10% y el 35% de la ingesta de referencia
  • Alta: más del 35% de la ingesta de referencia

Las recetas presentan normalmente ingredientes cuyo porcentaje sobre la Ingesta de Refencia (IR) es alto (predominan amarillos y naranjas). Estos platos están concebidos como plato principal de una comida o cena, con lo que su tamaño de ración es superior y su aporte nutricional es más elevado.

Por este motivo, las recetas tienen puntos de corte diferentes a los de los productos. Así, por ejemplo, mientras que un alimento cualquiera tendrá los nutrientes de color amarillo hasta un valor máximo del 20% de la IR, las recetas concebidas como una comida principal tendrán los nutrientes en amarillo hasta un valor máximo del 35% de la IR.

Calorías Grasa Grasa saturada Azúcares Sal
Qué es bajo por ración 200 Kcal o menos 7 g o menos 2 g o menos 9 g o menos 0,6 g o menos
Qué es medio por ración Entre 200 Kcal y 700 Kcal Entre 7 g y 25 g Entre 2 g y 7 g Entre 9 g y 32 g Entre 0,6 g y 2,1 g
Qué es alto por ración 700 Kcal o más 25 g o más 7 g o más 32 g o más 2,1 g o más
Nutrientes Cantidad Diaria Orientativa
Calorías 2.000 Kcal
Grasa 70 g
Grasa saturada 20 g
Azúcares 90 g
Sal 6 g

La Ingesta de Referencia (IR) es una guía sobre la cantidad total de calorías y de varios nutrientes que debemos ingerir al día para mantener una dieta sana. La información sobre los porcentajes de IR indica lo que supone la cantidad de nutriente de una ración respecto a la IR para ese nutriente en el día.

Los porcentajes de Ingesta de Referencia (IR) están calculados para una mujer adulta con una ingesta diaria de 2000 Kcal. Las necesidades nutricionales individuales pueden ser más altas o más bajas, en función de sexo, edad, nivel de actividad física y otros factores.

Los callos destacan por su elevado contenido en vitamina B5 y hierro, principalmente. Es una buena fuente de proteínas, además de calcio, potasio, zinc, magnesio y vitaminas B3, B9, B12, C y K. Es un alimento bajo en azúcar, pero contiene colesterol. Se prepara con garbanzos, fuente de hidratos de carbono de absorción lenta y de ácidos grasos insaturados linoleico y oleico. Entre sus características nutrcionales, también destaca la presencia de calcio, magnesio, hierro, fósforo y potasio. Es un alimento que ayuda a combatir el colesterol, ayuda a regular el tránsito intestinal por su aporte de fibra y mantiene las defensas de nuestro organsimo en un óptimo estado. Es una receta muy nutritiva con poco aporte calórico y graso.

Enfermedades para las que está recomendada esta receta:
  • Alergia a la caseína
  • Alergia al huevo
  • Alergia al pescado
  • Anemia ferropenica (falta de hierro)
  • Anemia perniciosa (carencia de vitamina B12)
  • Anemia por carencia de ácido fólico
  • Estreñimiento
  • Hipertensión arterial
  • Hipertrigliceridemia
  • Intolerancia a la lactosa
  • Obesidad o sobrepeso
  • Osteoporosis
Enfermedades para las que no está recomendada esta receta:
  • Ácido úrico y gota
  • Cálculos en la vesícula biliar
  • Cálculos renales
  • Diabetes mellitus
  • Gastritis
  • Hipercolesterolemia
  • Intolerancia al gluten (celiaquía)
  • Meteorismo
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