Carne de pavo y conejo: opciones magras de las fiestas al menú habitual

Protagonistas en ocasiones especiales, la carne de pavo y la de conejo son opciones muy ricas y saludables. El complemento perfecto para nuestros platos habituales
Por Claudia Polo 13 de febrero de 2025
carne pavo saludable y versátil
Tanto el pavo como el conejo son carnes que en muchas casas no se contemplan como proteína habitual. Se asocian a momentos festivos o a elaboraciones muy tradicionales, pero son proteínas animales muy saludables que podrían incluirse en los menús semanales aportando variedad de sabores. Ambas carnes son magras y blandas y contienen tanta proteína de calidad como el resto de las carnes. Su bajo porcentaje en grasas las hace una opción ideal para personas que realizan dietas hipocalóricas y bajas en colesterol.

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Conejo al ajillo

Algunas veces, la carne de conejo puede quedar un poco seca con el cocinado, pero esto se puede evitar. ¿Cómo? Lo mejor es guisarla o cocinarla en salsa, aunque controlando bien el punto de cocción. Si se asa o se fríe también se puede conseguir un conejo muy jugoso.

Una receta que no puede perderse con esta carne es el conejo al ajillo. Pide en tu tienda habitual que troceen un conejo para freír o guisar. Un conejo de 1,5 kg equivale a unas seis raciones.

  • Salpimienta los trozos.
  • Pela 15 dientes de ajo y aplástalos.
  • En una cazuela vierte un chorrito de aceite de oliva virgen extra y calienta a fuego medio. Añade los ajos y baja el fuego.
  • Cuando se doren, reserva.
  • Sube el fuego y cocina el conejo vuelta y vuelta, dejando que se dore.
  • Vierte un vaso de vino blanco. Pasados un par de minutos, añade los ajos, un poco de tomillo y laurel.
  • Tapa y cocina a fuego bajo durante 20 minutos.
carne de conejo cómo prepararla
Imagen: Vladimir Mironov / iStock

Pavo: cada corte tiene su truco

El pavo es una carne magra que nos aporta muchas proteínas de calidad. La pechuga contiene 30 g por cada 100 g y el muslo, 19,3 g. En cuanto a las grasas, la pechuga sin piel solo contiene 65 g de grasa, mientras que el muslo con piel, 8,35 g.

La carne de pavo es muy versátil. Cada corte es apropiado para un tipo de cocinado.

  • El pavo entero es ideal para asar o guisar para comidas con varias personas.
  • Las pechugas fileteadas son perfectas para hacer a la plancha, rebozadas o adobadas.
  • Pero si las cortamos en tiras y las salteamos con algún condimento, se pueden servir con arroz o como relleno de fajitas o con pasta. Esta carne admite muy bien salsas y adobos.
  • Los muslos y contramuslos se pueden preparar al horno igual que si fueran pollo y funcionan muy bien en guiso y a la plancha, ya que responden mejor a cocciones a altas temperaturas, tostando bien la piel para que queden crujientes por fuera y jugosos por dentro.
  • En carne picada, es perfecta para sofreír y mezclar con salsa de tomate, hacer albóndigas o hamburguesas de pavo.
  • Y si la metemos en brochetas, se pueden hacer a la plancha o a la brasa.

Cómo elegir el embutido de pavo

  • Mira la lista de ingredientes y fíjate en el porcentaje de carne de pavo (si la compras al corte en tu charcutería habitual pregúntalo) y elige aquellos que tengan más de un 90 %.
  • Algunos fiambres de pavo tienen mucho contenido en sal. Si tienes hipertensión o retención de líquidos, elige aquellos reducidos en sal.
  • No te fíes de los reclamos de marketing, un diseño más “natural” no hace que sea más saludable.
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