Consumo de niacina contra el colesterol

Esta vitamina resulta efectiva para aumentar el colesterol beneficioso (HDL) y es clave para optimizar la obtención de energía de los macronutrientes
Por EROSKI Consumer 2 de diciembre de 2003
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Imagen: cursedthing

La niacina es fundamental para la obtención de energía y, en dosis elevadas, para disminuir el colesterol LDL (perjudicial) y los triglicéridos. Es una vitamina hidrosoluble con distintas acepciones terminológicas (nicotinamida, ácido nicotínico, vitamina B3 o factor PP), que se descubrió durante la investigación sobre la pelagra. Esta enfermedad, provocada por una deficiencia crónica de niacina, fue frecuente en el siglo XVIII en países como España e Italia y, más tarde, en Estados Unidos. En la actualidad, el déficit de niacina es poco probable, ya que se halla dispersa en multitud de alimentos y en algunos incluso se añade. Además, el organismo la sintetiza a partir de otros nutrientes como el aminoácido triptófano. Sólo en países con escasos recursos alimentarios y una dieta poco variada se diagnostican casos de pelagra.

De vitamina a fármaco para el colesterol

En dosis elevadas, la niacina contribuye a mejorar el perfil lipídico. Disminuye el colesterol LDL (perjudicial) y los triglicéridos, y se ha demostrado que es la sustancia más eficaz para aumentar el colesterol HDL (beneficioso). Como inhibidor de la síntesis de lipoproteínas, se usa desde la década de los cincuenta para el tratamiento de la hipercolesterolemia.

El principal inconveniente es que, según datos clínicos, son necesarias dosis entre 50 y 75 veces superiores a la ingesta diaria recomendada. Por este motivo, el consumo de niacina presente en los alimentos es insuficiente para conseguir los efectos terapéuticos esperados. Además, la prescripción médica es condición indispensable para tomar este fármaco, ya que su ingesta no está exenta de efectos secundarios.

Importante para la obtención de energía

Junto con los efectos en el control del colesterol, la niacina es una de las vitaminas que actúan como coenzimas en el metabolismo, además de la B1, B2, B5, B6 y B8. Por metabolismo se entiende el conjunto de reacciones químicas que experimentan los macronutrientes de los alimentos (hidratos de carbono, proteínas, grasas) en el organismo. Muchas de estas reacciones sólo se llevan a cabo, y de la manera más eficiente, gracias a la presencia de las citadas vitaminas. Éstas no actúan como tales, sino que forman un derivado que se denomina coenzima.

La niacina es un componente de las coenzimas NAD (nicotín adenin dinucleótido) y NADP (nicotín adenin dinucleótido fosfato), presentes en todas las células e indispensables en las reacciones de oxidación-reducción que suceden para la obtención de energía (ATP) de los macronutrientes. Se denominan coenzimas porque se necesitan para que actúe la enzima, una proteína que opera como catalizador en las reacciones químicas que acontecen en los millones de células del organismo. Gracias a las enzimas, las reacciones ocurren a gran velocidad. Como vitamina, la niacina participa en las funciones de mantenimiento de la piel, el sistema nervioso y el digestivo.

Qué comer para evitar deficiencias

Las bacterias intestinales son capaces de sintetizar la niacina a partir de triptófano, un aminoácido abundante en los huevos y en la leche, si bien esta cantidad resulta insuficiente para cubrir las necesidades diarias y debe completarse con el consumo de otros alimentos. En particular, la vitamina está dispersa en carnes, pescados, vísceras, quesos, levadura, cereales integrales y leguminosas.

Tienen riesgo de sufrir déficit de niacina quienes siguen dietas muy desequilibradas y con pocas proteínas

Puesto que el triptófano es un precursor de esta vitamina, sus necesidades se expresan como equivalentes de niacina para tener en cuenta la contribución de este aminoácido al total. Por cada 60 miligramos de triptófano se obtiene un 1 miligramo de niacina. Las ingestas diarias recomendadas para las personas adultas se establecen entre 16 y 20 mg Equivalentes de Niacina (EN), en el caso de los hombres, y de 12 a 17 EN para las mujeres. Éstas deberán incrementar la ingesta en 2 y 3 EN durante la gestación y la lactancia, respectivamente.

El déficit de niacina en la actualidad es poco probable, ya que se halla dispersa en multitud de alimentos. Son grupos de riesgo quienes siguen dietas muy desequilibradas y con pocas proteínas. Su deficiencia crónica provoca una enfermedad grave conocida como pelagra o «síndrome de las tres D», ya que sus síntomas característicos en estados avanzados son la demencia, la dermatitis y la diarrea.

La incidencia de pelagra se asocia a poblaciones cuya dieta diaria se apoya en el consumo de maíz. Esta relación tiene una explicación: el maíz se ha reconocido como un alimento pobre en niacina o vitamina B3, principal factor causal de desarrollo de la enfermedad. No obstante, la nixtamalización es una técnica que aumenta la disponibilidad de la niacina en el maíz.

En las etapas iniciales de la carencia se desarrollan otros síntomas menos característicos como debilidad muscular, anorexia (falta de apetito), digestiones difíciles y erupciones cutáneas. La falta de niacina y triptófano se combina con la de vitamina B6 o piridoxina, ya que de esta última depende la conversión del triptófano en niacina.

TOXICIDAD

Las altas dosis de niacina pueden provocar toxicidad hepática, molestias gástricas, picor y enrojecimiento de la piel. Por ello, siempre es conveniente consultar con un profesional sanitario antes de tomar suplementos de vitaminas.

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