El brote de salmonelosis por consumo de pollo afecta ya a más de mil personas

La empresa SADA dice que asumirá su responsabilidad ante los consumidores
Por EROSKI Consumer 4 de agosto de 2005

Más de 1.200 intoxicados en 16 comunidades autónomas. Éste es, por el momento, el balance provisional de la crisis provocada por el consumo de pollo asado contaminado con salmonelosis de las marcas «SADA» y «Pimpollo», según los datos de las consejerías de Sanidad.

La comunidad más afectada es Andalucía, con 244 intoxicados, seguida de Murcia, con 165; Castilla-La Mancha, 191; Comunidad Valenciana, 136; Cataluña, 109; Castilla y León, 86; Aragón, 63; Baleares, 88; Madrid, 52; La Rioja, 29; Extremadura, 34; País Vasco, 35; Navarra, 22; Galicia, 17; Asturias, cinco, y Cantabria, uno. Canarias es la única autonomía en la que no se han registrado casos, mientras que en Andorra ha habido tres.

La mayoría de los afectados no han tenido que ser ingresados porque presentaban síntomas leves. La gravedad de estos casos puede venir producida por las complicaciones propias de la salmonelosis en los grupos de mayor riesgo: niños, ancianos o personas con otras patologías. El único fallecido hasta ahora es un valenciano de 90 años.

Los primeros episodios de salmonelosis por el consumo de este producto se registraron el pasado viernes. Entonces, el Ministerio de Sanidad y Consumo, a través de la Agencia de Seguridad Alimentaria (AESA), alertó sobre una partida de pollos precocinados envasados al vacío de la empresa toledana SADA presuntamente contaminados con salmonella. Los afectados presentaban los síntomas típicos de una gastroenteritis: vómitos, dolor abdominal y fiebre, malestar general, cefaleas y dolores osteomusculares.

A partir de ahí el número de casos fue incrementándose paulatinamente, al tiempo que las consejerías de Sanidad de las distintas comunidades autónomas aconsejaban a todas aquellas personas que tuvieran en su casa pollos de las citadas marcas que los devolvieran al establecimiento donde los compraron. En total, se han retirado 150.000 pollos contaminados, que la empresa SADA destruirá en coordinación con las autoridades sanitarias.

En la salsa

Javier Rodríguez, director general de la firma, lamenta lo sucedido y asegura que la empresa asumirá sus responsabilidades ante los consumidores y Sanidad. Según él, el foco de la contaminación estaba en la salsa que acompañaba al pollo, «que podría haberse contaminado durante su almacenamiento, lo que significa que ningún otro producto está afectado y pueden consumirse con total garantía».

La Delegación de Sanidad de Toledo ha dicho que la propia empresa realizaba controles oficiales con una frecuencia mínima de dos veces por semana. Controles que deberán ser «replanteados», según José Luis Arranz, director de la AESA. La Consejería de Sanidad manchega lleva a cabo anualmente un programa de control de los alimentos en el que se contempla la vigilancia de la salmonella en los productos cárnicos. Ahora será la Junta de Castilla-La Mancha la que determine si ha habido negligencia.

La producción de este alimento permanece paralizada hasta que se pueda asegurar su calidad y lo autoricen los responsables sanitarios.

Consecuencias

Las consecuencias económicas para el sector avícola se desconocen todavía, pero pueden ser importantes. La Interprofesional de la Avicultura de Carne de Pollo (Propollo) se ha mostrado preocupada por la posibilidad de que el consumo de este producto se vea afectado por esta crisis alimentaria, aunque ha precisado que el pollo no ha sido el causante de la salmonella.

Mientras tanto, los afectados ya han comenzado a acudir a las asociaciones de consumidores para reclamar indemnizaciones a la empresa fabricante.

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