Desde hoy, los países de la Unión Europea (UE) no podrán importar aves vivas ni plumas procedentes de Rusia y Kazajstán. Esta medida, tomada por la Comisión Europea, pretende evitar que la gripe aviar entre en territorio comunitario y se convierta en una grave amenaza para la salud de los ciudadanos de la Unión. En la práctica, la prohibición no afecta a la carne de pollo, productos derivados de la carne y los huevos, porque no existe comercio entre los 25 Estados miembros y Rusia y Kazajstán.
Desde hace dos semanas, la infección que ha provocado la muerte de 125 millones de aves y un centenar de víctimas humanas en el sureste asiático, se extiende por el centro de Asia y hacia Europa. Aún no se tiene noticia de que el virus H5N1 de la gripe aviar, mortal para el ser humano, haya afectado a los habitantes de Rusia y la República de Kazajstán, pero las aves infectadas se cuentan por decenas de miles. Ayer, ambos países confirmaron que los nuevos brotes siguen activos y avanzando por Mongolia, Siberia y la frontera de Rusia con Kazajstán.
La preocupación aún es mayor por lo que pueda ocurrir con los primeros fríos de septiembre, cuando las aves que han pasado su periodo estival en el norte busquen latitudes más cálidas y migren hacia el sur. Durante su viaje, estas aves podrían propagar la infección por Europa, África y EE.UU.
La infección se acerca a Europa, pero además sigue muy activa en Asia. Ayer mismo se confirmó la aparición de nuevos brotes en el Tibet, en China y en Vietnam, donde la enfermedad se ha cobrado otra víctima.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, negocia con una compañía farmacéutica una reserva extraordinaria de un fármaco antiviral para atender una posible pandemia. La OMS cuenta con dosis suficientes para tratar a 125.000 afectados y quiere almacenar medicamentos para un millón de personas.