Febrero: Las alcachofas

Contienen cinarina, una sustancia responsable de su ligero sabor amargo y que tiene la propiedad de estimular la función del hígado
Por EROSKI Consumer 1 de febrero de 2005

La temporada de las alcachofas frescas va desde otoño hasta primavera, así que durante el mes de febrero podemos degustar esta deliciosa verdura.

Las alcachofas de mayor calidad son las más pesadas en relación con su tamaño y con las hojas bien apretadas. Si al apretar la alcachofa cerca del oído escuchamos un crujido, nos delata que aún está fresca.

Riqueza nutritiva

Tras el agua, el componente mayoritario de las alcachofas son los hidratos de carbono (2,90 g por 100 g de alimento), entre los que destaca la inulina y la fibra. La inulina es el hidrato de carbono mayoritario. Esta sustancia se metaboliza en el organismo y da lugar a unidades de fructosa, un azúcar asimilable sin la necesidad de insulina, por lo que las alcachofas pueden formar parte del menú dietético de las personas diabéticas.

Por su riqueza en fibra proporcionan sensación de saciedad y favorecen el tránsito intestinal, de manera que contribuyen a paliar o prevenir el estreñimiento.

Los minerales mayoritarios son el sodio, el potasio, el fósforo y el calcio, y entre las vitaminas destaca la presencia de B1, B3 y pequeñas cantidades de vitamina C. No obstante, lo que destaca de su composición son unas sustancias que se encuentran en pequeña cantidad, pero dotadas de notables beneficios fisiológicos:

La cinarina: sustancia ácida con efecto colerético y diurético Además, la cinarina evita la síntesis endógena de colesterol y otros lípidos, al tiempo que aumenta la excreción biliar del colesterol.

Esteroles: con capacidad para limitar la absorción del colesterol en el intestino.

Presenta un inconveniente: resulta flatulenta para muchas personas con tendencia a sufrir digestiones pesadas y a acumular gases, debido a la importante cantidad de fibra que contiene.

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