Investigadores de Granada demuestran que la leche de cabra disminuye el colesterol

La proteína de esta leche "es de mejor calidad que la de la vaca y de más fácil absorción por el organismo", afirman
Por EROSKI Consumer 6 de noviembre de 2003

El Grupo de Investigación sobre Alimentación, Nutrición y Absorción (Grupo ANA) de la Universidad de Granada, ha demostrado que la leche de cabra disminuye el colesterol y favorece la absorción de grasas, proteínas, calcio y minerales, «por lo que resulta más beneficiosa para la salud que la de vaca».

El Grupo ANA inició la investigación sobre la leche de cabra en 1996, en el marco de un proyecto subvencionado por la Dirección General de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Educación y Ciencia. A lo largo de estos años, el Grupo ha publicado sobre este tema siete trabajos en revistas científicas especializadas de gran prestigio y leído cuatro tesis doctorales.

El último trabajo de investigación, realizado por Patricia Quesada Peña bajo el título «Efecto beneficioso de la leche de cabra sobre la utilización nutritiva de proteína, hierro y cobre en síndromes de malabsorción», ha demostrado cuáles son los efectos del consumo de la leche de cabra en relación con la leche de vaca en animales, para su extrapolación a humanos; asimismo analiza cómo afecta a la absorción de grasa, proteínas, y una serie de minerales tales como calcio, fósforo, magnesio, hierro, cobre, cinc y selenio, y su depósito en los órganos más importantes relacionados con el metabolismo de estos minerales.

Los experimentos llevados a cabo han mostrado que la proteína de la leche de cabra «es de mejor calidad que la de la leche de vaca y de más fácil absorción por el organismo». En cuanto a la grasa, es más fácil de digerir que la de vaca dado que «los glóbulos de la grasa de la leche de cabra son más pequeños que los de la de vaca y, además, por su alto contenido en ácidos grasos de cadena media (MCT) no necesita, en gran proporción, de la bilis (sales biliares) para su digestión y absorción».

El Grupo ANA subraya que «por ser ácidos grasos de cadena media, llegan directamente al intestino y de éste a la sangre, por lo que son rápidamente metabolizados y producen energía de forma inmediata; además, este tipo de grasa no se deposita y por lo tanto no engorda».

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