La alta presión y los pulsos eléctricos y magnéticos, nuevas técnicas de conservación de los alimentos

Estos procedimientos permiten lograr nuevas texturas y sabores sin perjudicar el valor nutritivo del producto
Por EROSKI Consumer 27 de noviembre de 2003

Los expertos reunidos en el I Congreso Internacional de Ciencia, Tecnología y Seguridad Alimentaria, que se está celebrando en Pamplona, destacaron ayer las ventajas que tendrán para los productos españoles las nuevas técnicas de conservación de los alimentos como la alta presión o los pulsos eléctricos y magnéticos.

«España es un país agrícola, productor de alimentos de gran calidad, al que le interesa que los mismos sean mínimamente procesados, pero que lleguen al consumidor con todas las garantías alimentarias», señaló el director de investigación de la Planta de Tecnología de los Alimentos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Buenaventura Guamis.

Según este especialista, alimentos como frutas, macedonias, quesos frescos o tradicionales, se pueden ver especialmente beneficiados por un tratamiento de alta presión, que ya se utiliza de forma rutinaria en Estados Unidos y parcialmente en España, y que permite además lograr nuevas texturas y sabores que antes eran imposibles de obtener sin perjudicar el valor nutritivo del producto.

Otras tecnologías en boga, como los pulsos eléctricos o magnéticos, adecuados sobre todo para la conservación de zumos o líquidos con partículas en suspensión, presentan actualmente el problema de lograr equipos viables, de alto rendimiento y a precios asequibles para la industria, lo que, según Guamis, se conseguirá en cuatro o cinco años.

El investigador catalán descartó que estas nuevas técnicas de conservación puedan despertar recelos en los consumidores e instó a que se informe adecuadamente a los ciudadanos, ya que se trata de «fenómenos físicos que no implican ningún riesgo».

Por su parte, Pilar Cano, directora del Instituto del Frío del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), señaló que estas nuevas técnicas se utilizarán en el futuro con normalidad y de forma combinada según el tipo de alimento.

«Dentro de unos años la industria alimentaria empleará las altas presiones o los pulsos eléctricos y magnéticos combinados con antimicrobianos naturales y los sistemas términos tradicionales, en función de las características de cada producto», explicó Cano.

Actualmente se está estudiando si la utilización de estas técnicas de conservación debe figurar en el etiquetado de los productos, añadió Cano, quien precisó que el empleo de la alta presión sí consta en las etiquetas de algunos cárnicos loncheados que se comercializan en España.

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