La cocina extremeña, el gusto por lo natural

Una gastronomía austera y sin adornos, basada en los conocimientos transmitidos de generación en generación
Por EROSKI Consumer 2 de junio de 2005

Uno de los pilares de la cocina de Extremadura son las carnes, que cocinadas de modos diversos pero sencillos constituyen algunos de los platos más típicos de la región. Las carnes empleadas son de primera calidad, por lo que un simple acompañamiento de cebolla, perejil, tomate y aceite de oliva, las convierte en todo un manjar.

Verduras de la tierra

Las sopas son indispensables durante los fríos meses de invierno para ayudar al cuerpo a entrar en calor. Además de la conocida sopa de cocido, existen otras elaboradas con diversos y originales productos, como es el caso de la sopa de tomate con uvas, higos y aceitunas.

El verano posee sus propias sopas, por supuesto frías. Entre ellas se encuentran los «zorongollos», sopa elaborada con pimientos rojos y tomates asados que se acompañan de aceite de oliva y ajo, las «trincallas», preparadas con pan empapado de una mezcla de agua, ajo, vinagre y aceite de oliva, o el famoso e indispensable gazpacho extremeño, que se diferencia del andaluz en que el tomate y la cebolla se añaden en trozos y no se trituran.

Existen también platos de verdura de importancia tan destacada como la que tienen los espárragos trigueros o la criadilla, también conocida como trufa blanca.

No se puede abandonar Extremadura sin probar sus increíbles migas, elaboradas con pan, aceite de oliva, pimentón, ajo, panceta, chorizo y pimiento verde, un plato típico de pastores que servido en una fuente de barro puede formar parte de un desayuno o almuerzo de los que no se olvidan.

La importancia de la carne

Extremadura, al ser una región de interior, no posee mucha tradición culinaria de pescado. Los que más destacan en su gastronomía son principalmente los pescados de río como el barbo o la tenca, un pez de charca que normalmente se toma frito.

La principal protagonista de los segundos platos es por tanto la carne, tanto de cordero y cabrito como de ave, que poco a poco va tomando mayor importancia. Sin duda, las dos primeras son piezas indispensables en la mesa extremeña si se quiere conocer de verdad las particularidades de su cocina. Platos de calidad tan reconocida como la «chanfaina», un guiso elaborado con menudos de cordero (vísceras) acompañados de diferentes hortalizas; la caldereta de cordero o el carnero verde, preparado con perejil, hierbabuena y lechuga triturada, son algunos de los ejemplos de los grandes platos que se pueden elaborar con la carne de calidad que ofrece la región.

Las aves cada vez van adquiriendo un papel más importante en las mesas extremeñas ya que existen platos tan reconocidos como la gallina trufada, que además de cocinarse con trufas se acompaña también de picadillo, huevos, migas y diferentes verduras, o la perdiz al modo de Alcántara, que se prepara también con trufas además de con otros alimentos tan especiales como los hígados de pato o el vino Oporto y que se puede acompañar de almendras o uvas.

Postres de la casa

La herencia mozárabe ha convertido a la miel en uno de sus principales ingredientes. Con ella se elaboran dulces tan sabrosos como las perrunillas o mantecados de miel, o los pestiños, dulces a base de harina y aceite, que se fríen y se bañan en miel.

Si se desea acompañar el dulce con el intenso sabor del queso extremeño, conviene saber que éste posee un calidad, sabor y aroma únicos. El visitante amigo de los quesos tendrá el privilegio de poder optar entre un queso Ibores, de cabra, o los quesos Serena y la torta del Casar, ambos de oveja y considerados como unos de los mejores, no solo del país, sino de toda Europa.

Como acompañamiento perfecto para un buen queso o para cualquier plato de contundente carne extremeña, vino de la tierra. De fuerte sabor y aroma y con una textura que lo convierten en un acompañante incomparable.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube