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¿Cuál es la principal conclusión del estudio?
Que el consumo de ultraprocesados en la primera infancia ya muestra afectación en los parámetros cardiometabólicos. Hay muchos estudios sobre los efectos de los ultraprocesados en la salud de los adultos, pero pocos hechos con niños, y los resultados son preocupantes.
La mayoría de los estudios de nutrición tienen limitaciones que son casi insalvables. Por ejemplo, en este caso, se trata de un estudio observacional, que establece asociaciones pero no causa-efecto.
Sí, es un estudio transversal, que analiza datos de la población en un período de tiempo específico. Pero, a pesar de eso, lo que hemos visto es una tendencia alarmante y se tiene que tener muy en cuenta para próximos estudios.
¿Qué explica los malos hábitos alimenticios de los niños en España?
Son muchos factores, pero destacaría el hecho de que la tasa de empleo ha aumentado y que las madres y los padres llegan de trabajar y quieren algo que sea muy rápido de preparar. Así que, en general, las elecciones alimentarias son de comidas listas para consumir.
¿Estas elecciones condicionan cómo comerán los niños cuando sean adolescentes y adultos?
Si les das este tipo de comidas a una edad temprana, continuarán comiendo este tipo de alimentos al crecer. Es muy importante disminuir la cantidad de comida ultraprocesada que tenemos en casa y enseñar a los padres a tomar decisiones alimentarias más saludables para sus hijos. Los niños no pueden tomar este tipo de decisiones: los ultraprocesados son de colores y están llenos de azúcar, que puede ser adictivo. Y, claro, no se comerán un plátano, pero sí un helado con forma de plátano.
¿Por qué es importante estudiar los alimentos desde todas las perspectivas?
Los productos alimenticios requieren un enfoque multidimensional. Hay que tener en cuenta la nutrición del alimento y su proceso de fabricación, ya que es crucial determinar si es un alimento natural o ultraprocesado, pero también debemos tener en cuenta la contaminación del producto alimenticio.
¿Por ejemplo?
A veces pensamos que consumir pescado con frecuencia es mejor para la salud, debido a su calidad nutricional, pero es posible que al final estemos ingiriendo más metales pesados y más químicos que alteran el sistema endocrino. Para determinar qué tiene un mayor efecto sobre el producto alimenticio tenemos que estudiar este desequilibrio desde un enfoque multidimensional.

En su estudio se ve que el consumo excesivo de ultraprocesados en niños de 3 a 6 años aumenta su riesgo de sufrir diabetes tipo 2 o colesterol, por no hablar de la obesidad. ¿Por dónde empezamos a atajar el problema?
Los factores de riesgo cardiometabólico son asintomáticos, por lo que pueden comenzar a una edad temprana y podemos no notarlos. Lo primero es enseñar a los padres y madres a tomar mejores decisiones alimentarias, dejar de consumir alimentos ultraprocesados y tratar de preparar comida en casa.
¿Y qué hacemos con los productos químicos en la comida?
Hemos descubierto que en las frutas y las verduras hay químicos que alteran el sistema endocrino. Podemos, por ejemplo, pelar verduras como el pepino o frutas como la manzana, porque los pesticidas generalmente están en la capa externa de las frutas y verduras. Con el pescado, que se ha demostrado que es un alimento saludable, debemos comprar pescado que no esté en una bolsa de plástico, porque la contaminación cruzada del plástico al pescado es muy alta. En general, es mejor evitar envases de plástico, también en frutas y verduras.
Algunos procesados también contienen plásticos problemáticos: doble problema.
Sí, por ejemplo, las bolsas de palomitas de maíz de microondas están llenas de PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas), asociadas con problemas de salud como alteraciones hormonales, problemas reproductivos, ciertos tipos de cáncer y trastornos metabólicos, que son disruptores endocrinos. Deberíamos enseñar a los padres a hacerlas en casa para prevenir el riesgo.