Entrevista

«No existen los superalimentos; hay un superestilo de vida»

Ascensión Marcos, profesora de Investigación y directora del Grupo de Inmunonutrición del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
Por Francisco Cañizares de Baya 7 de septiembre de 2023
Ascensión Marcos CSIC
En el siglo V a. C. Hipócrates recomendaba: «Que tu medicina sea tu alimento y el alimento tu medicina». Numerosas investigaciones han demostrado en las últimas décadas el principio que adelantaba el médico griego. La inmunonutrición, que emergió en los años 70 del siglo pasado, investiga la relación entre lo que comemos y la capacidad de respuesta de nuestro sistema inmunitario ante las agresiones externas. Ascensión Marcos, profesora de Investigación y directora del Grupo de Inmunonutrición del CSIC, es una de las investigadoras de ese campo de la ciencia. Junto a sus compañeras Esther Nova, Sonia Gómez-Martínez y Ligia Esperanza Díaz, acaba de publicar ‘Inmunonutrición’, un libro de la colección del CSIC ‘¿Qué sabes de?’ para dar a conocer al público en general la trascendencia inmunitaria que tiene una actividad tan cotidiana y al mismo tiempo vital como alimentarse. 
Se dice que la nutrición es el medicamento más potente que podemos encontrar. ¿Qué papel desempeña en que el sistema inmunitario funcione correctamente?

Según los alimentos que comamos, cómo comamos y cuándo lo hagamos, nuestro sistema inmunitario va a reaccionar de una forma u otra, positiva o negativamente. Hay una interacción muy importante entre el sistema inmunitario y cuál es nuestro comportamiento alimentario: si comemos con ansia, con velocidad o todo lo contrario, o si comemos a determinadas horas…Todo influye en él.  

¿La inmunonutrición abarca todo lo relacionado con la nutrición o también otros aspectos?

Comprende todo el estilo de vida, no solo la nutrición, sino también la actividad física, la calidad y cantidad de sueño, la gestión emocional y el estrés. 

¿Qué relación guarda con la archicitada microbiota?

La inmunonutrición interactúa con la microbiota. Dependiendo de lo que comemos los microorganismos que la integran reciben unos nutrientes u otros. Por eso hay que tener mucho cuidado con qué comemos y cuándo lo hacemos, porque el microorganismo que alimentamos, que tiene unas funciones determinadas, puede ser mejor o peor, más o menos beneficioso. 

¿La inmunotrición está enfocada a prevenir problemas de salud o también a resolverlos?

Ambas cosas, pero hay que insistir en lo importante que es prevenir. La educación nutricional es fundamental, comemos todos los días tres o cuatro veces. Todo el mundo habla de nutrición, de lo que hay que comer o dejar de comer, pero detrás de todo lo que se oye no hay tanta ciencia de verdad. Es fundamental que haya educación nutricional y desde la Administración se empiece a trabajar en los colegios y a dar buena información a la población en general. Es penoso lo que nos estamos encontrando con tanto influencer y tanta dieta maldita que hay por el mundo.

¿Cuenta más el mensaje de un influencer que el de un científico?

La Administración debería poner los puntos sobre las íes y contar más con los científicos, porque se da mucha cancha a gente que habla mucho pero carece de formación. Hay gente que está maleducando y dice auténticas barbaridades. Los cocineros, a los que se hace mucho caso, siento decir que de nutrición no tienen mucha idea. La nutrición es algo muy importante, porque una cosa es el alimento como tal y otra lo que hace dentro del organismo. Lo segundo es la nutrición, y eso hay muchos que no lo saben.

¿La dieta mediterránea encajaría en el concepto de inmunonutrición?

Encaja perfectamente porque lo que promueve es una ingesta de alimentos con fibra, que es fundamental para que esos microorganismos de los que hablaba estén bien alimentados. Una microbiota con una buena composición de microorganismos va a hacer que las digestiones y los mecanismos que hay alrededor de los órganos funcionen apropiadamente y el resultado final sea un buen estado nutricional. 

¿Hay alimentos y nutrientes que podemos considerar inmunocompetentes?

Sí, hay alimentos, ingredientes y compuestos bioactivos. Podemos considerar como tales todos los alimentos que tengan fibra. Las verduras, hortalizas, frutas, cereales integrales y legumbres son fundamentales, para comer a diario. Además, los minerales, las vitaminas, los polifenoles… son micronutrientes y compuestos bioactivos muy importantes. Por otra parte, todos aquellos probióticos y prebióticos que han empezado a surgir en los últimos años son muy interesantes para prevenir y tratar algunas patologías. 

¿En qué tipo de patologías se ha demostrado que influye la inmunonutrición?

Si hay malnutrición, somos más susceptibles de sufrir infecciones. Aunque siempre hablamos de las infecciones, también hay que tener en cuenta que hay una cantidad enorme de enfermedades no transmisibles en las que subyacen procesos inflamatorios, como las patologías cardiovasculares, neurodegenerativas, autoinmunes, la obesidad o la diabetes tipo 2.

¿Los alimentos inmunocompetentes pueden considerarse superalimentos?

Superalimentos no hay, hay superestilo de vida, si tú quieres. Un alimento no es lo suficientemente importante como para decir que va a prevenir o va a curar. Este es el problema que nos encontramos en Internet, donde hablan de un alimento en particular y le atribuyen facultades extraordinarias. Lo que cuenta es todo el estilo de vida, con qué frecuencia se toma determinado grupo de alimentos o si se hace o no actividad física a diario. Todo esto influye.

¿Hay hábitos nutricionalmente perjudiciales para el sistema inmunitario?

Por supuesto. Con qué frecuencia se come carne roja o embutidos o determinado tipo de pan… Todo esto conforma un tipo de alimentación que podemos denominar occidentalizado que se ha ido abriendo paso en las últimas décadas. Pero hay alternativas saludables. No se trata de optar por dietas vegetarianas o veganas o hacer dieta intermitente, ni mucho menos, sino de saber comer, que no es fácil. 

¿Es una actividad cotidiana y, sin embargo, es una asignatura que seguimos suspendiendo?

Es algo que debería enseñarse en los colegios y para hacerlo los profesores tendrían que informarse, y no por Internet. El mensaje fundamental es saber comer y cómo hacerlo, no estar a dieta permanentemente.

¿Hay momentos especiales en los que la inmunonutrición puede jugar un papel más determinante?

Por ejemplo, en la gestación. Es importante que la madre coma de la forma más saludable posible, porque la leche materna tendrá bacterias que van a pasar al niño. Su alimentación va a repercutir en la calidad de esa leche materna. Además, la microbiota intestinal de la madre pasa al recién nacido a través del canal natural del parto. Cuando una mujer quiere ser madre y quiere embarazarse, tiene que tener en cuenta que su situación nutricional sea buena y estar en el peso adecuado. Dependiendo de ese estado previo su microbiota será más o menos saludable. 

¿Y el padre?

También tiene que cuidarse porque pone su granito de arena. Los dos tienen que estar en buen estado nutricional; es muy importante porque influye en la salud del hijo. Un estudio liderado por la profesora Cristina Campoy señalaba que los niños de madres con sobrepeso tenían menos cantidad de calcio y de hierro, lo que podría dar lugar posteriormente a una anemia o a osteoporosis. Hay que cuidar la base porque es determinante en la salud futura. 

¿Una dieta para favorecer el buen funcionamiento del sistema inmunitario debe diseñarse en función del sexo?

No está tan claro; está en proceso de investigación. Sabemos que la microbiota no es igual en hombres y en mujeres. Hay que investigar hasta qué punto lo que come un hombre o una mujer está dando lugar a unas bacterias u otras, y tener en cuenta también que las hormonas juegan un papel. Asimismo, hay que valorar factores como la distinta composición corporal, la cantidad de tejido adiposo, mayor en la mujer que en el hombre. Todo eso conforma un tipo de microbiota u otra, por eso son distintas.

¿Cree que iniciativas como el Plan Estratégico Nacional para la Prevención de la Obesidad Infantil contemplan suficientemente todos los aspectos que abarca la inmunonutrición? 

No, en absoluto. Me gustaría que de una vez por todas se hiciera algo y se hablara de obesidad y también de malnutrición. Esta puede producirse por defecto o por exceso (la obesidad también lo es). Hay mucha obesidad, por supuesto, se están viendo las cifras que tenemos en todo el mundo, pero también hay una malnutrición escondida, oculta, y debe aflorar. Hay niños que pueden estar bien de peso, pero no ingieren suficiente cantidad de minerales o de vitaminas porque comen muchos carbohidratos. Su peso es normal, pero están desnutridos; es una especie de hambre oculta.

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