Por qué el fuet no es la mejor merienda

El fuet es uno de los embutidos más populares y consumidos, pero su perfil nutricional no es el mejor para comerlo con frecuencia ni en grandes cantidades
Por EROSKI Consumer 9 de febrero de 2024
la tripa del fuet se puede comer
Después del chorizo, el fuet es el embutido más consumido en nuestro país. Es un alimento práctico y sabroso que se conserva bien, de ahí que sea una opción muy socorrida para resolver las meriendas. Sus principales ingredientes, sin embargo, lo convierten en un producto de consumo ocasional. Te contamos por qué suspende en Nutri-Score, qué nos aporta una ración de fuet y despejamos algunas dudas sobre la tripa que lo envuelve.

Fuet, un producto de consumo ocasional

El fuet no es recomendable para un consumo frecuente, sino que conviene destinarlo a ocasiones puntuales. Basta observar su elevado aporte calórico y su importante cantidad de grasas saturadas y sal. Además, recordemos que las autoridades sanitarias advierten que el consumo de productos cárnicos puede aumentar el riesgo de sufrir cáncer colorrectal.

En cualquier caso, si decidimos consumirlo o lo incluimos en las meriendas infantiles, podemos tener en cuenta algunas cosas:

  • Cuidado con la cantidad. Si lo utilizamos para elaborar un bocadillo, probablemente la cantidad será muy elevada. Es preferible consumir unas cuantas rodajas (por ejemplo, cinco o seis) con un poco de pan y completar la merienda con otros alimentos saludables, como fruta.
  • No todos los fuets son iguales. Conviene consultar la etiqueta para priorizar los que tienen más proteínas, menos grasa y menos sal.
  • Otras opciones. Hay otros embutidos que en principio pueden tener mejores características, como el lomo embuchado, que es un producto más magro.

Suspenso en Nutri-Score

Desde enero de 2024, el algoritmo para el cálculo del Nutri-Score es más exigente con determinados alimentos, como la carne roja, lo que incluye embutidos como el fuet. Eso, junto con la elevada cantidad de sal y de grasas saturadas (entre el 11 % de Eroski Seleqtia y el 15,7 % de Campofrío), explica que todos los productos analizados en nuestra Guía de compra de fuets obtengan una E.

Y esto sin olvidar, además, el importante aporte calórico: 100 g aportan entre 421 kcal (Casa Tarradellas) y 483 kcal (ElPozo Nobleza). Para hacernos una idea, es una cantidad similar a la que aporta un plato de espaguetis a la boloñesa.

ingredientes y calidades del fuet
Imagen: Virginia Martín

La cantidad importa

Conocer las cantidades de nutrientes referidas a 100 g de producto resulta muy útil para poder hacer comparaciones. Pero quizá no es muy realista, si queremos tener una idea del aporte que obtenemos en una ingesta. Aunque, por otra parte, el tamaño de ración es muy arbitrario: hay personas que se comen un fuet de una sentada, lo que supone unos 170 gramos de producto, mientras que otras consumen apenas cuatro o cinco rodajas.

La mayoría de los fabricantes considera un tamaño de ración de 30 gramos, unas seis rodajas no muy gruesas. Si tenemos en cuenta esta cantidad:

  • El aporte de sal sigue siendo muy importante (entre 0,96 g de Loza y 1,5 de ElPozo Fuetec).
  • Lo mismo ocurre con las grasas (entre 9,9 g de Can Duran y Eroski Seleqtia, y 12,75 g de ElPozo Nobleza).
  • Y con la energía (entre 126 kcal de Eroski Seleqtia y 145 kcal de ElPozo Nobleza). Esto equivale aproximadamente a la cantidad de energía que aportan dos yogures naturales sin azúcares añadidos.

¿El fuet se puede comer con tripa?

Esta es una de las preguntas más frecuentes cuando se habla de fuet. En su elaboración se pueden utilizar diferentes tipos de tripa. Algunas son naturales (normalmente de cerdo) y comestibles, mientras que otras son envolturas artificiales que, aunque son aptas para uso alimentario, no es recomendable consumirlas.

Este aspecto se señala en el etiquetado. Así, entre los productos analizados, solo ElPozo Nobleza utiliza una envoltura de colágeno no comestible, mientras que en el resto se utilizan tripas naturales de cerdo (salvo en Loza, que es de vaca).

La elección entre un tipo u otro se debe sobre todo a aspectos económicos (las tripas naturales son más caras), aunque también a otros motivos: el proceso de embutido es más sencillo con envolturas artificiales.

🤔 ¿Y el moho? La presencia de moho en la parte externa del fuet es otro de los motivos que despierta dudas a la hora de consumirlo con tripa. Solemos interpretar que la aparición de moho en alimentos es señal de que están deteriorados y suponen un peligro para la salud. Pero debemos saber que existen diferentes tipos de moho.

Algunos son indeseables y peligrosos, mientras que otros, como los que caracterizan al fuet, participan en la elaboración del producto y son inocuos para la salud. No solo eso, además aportan un sabor y un aroma característicos.

En definitiva, consumir un fuet con tripa comestible no es perjudicial y mejora la experiencia en lo que respecta al aroma y el sabor.

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