Sopas reconstituyentes
Cuando los niños y niñas llegan a casa destemplados y con pocas ganas de comer, lo mejor es preparar un caldo
- Autor: Por maitezudaire
- Fecha de publicación: viernes 7 febrero de 2003
El frío de los meses de invierno nos hace vulnerables
a coger catarros, constipados y tiritonas, e influye también en nuestra
forma de alimentarnos. Nos invita a sustituir unos alimentos por otros, y al
mismo tiempo variamos la forma de preparlos. En verano, el gazpacho es refrescante
y sabroso; en invierno, la sopa entona el cuerpo.
Cuando se trata de los más pequeños, su apetito también
se altera ya que muchos días llegan a casa destemplados y con pocas ganas
de comer. Para combatir el mal temple, en muchos hogares, y durante los días
fríos de invierno, resulta común comenzar las comidas o las cenas
con un caldito o una sopita caliente. Y el acerbo popular nos trasmite que estas
sopas son muy nutritivas, pues la carne o el pescado que se ha utilizado como
ingrediente para el cocido, proporciona al caldo, además de sabor, muchos
nutrientes. Es cierto que los minerales y algunas vitaminas y proteínas
solubles en agua pasan al líquido de cocción, pero no se enriquece
tanto en nutrientes como popularmente se tiene idea.
Sopas nutritivas
A los más pequeños, muchas veces les ofrecemos calditos o sopas
para entonar su cuerpo, y aunque cumplen ese propósito y les hidrata
a la vez, también se llena su estómago y les resta apetito para
tomar otros alimentos. Y más en los niños que son malos comedores
habitualmente.
Si queremos que una sopa resulte reconstituyente debe incluir alimentos vegetales
como ingrediente mayoritario además de alimentos de origen animal (carne
o pescado). Las verduras son alimentos con gran variedad de vitaminas y minerales,
nutrientes con función tónica o reconstituyente.
Una vez cocidos todos los ingredientes se retira la carne o el pescado (que
se pueden utilizar para elaborar sabrosas croquetas o albóndigas) y se
baten las verduras junto con el caldo (o se dejan enteras, cortaditas en juliana
para que el niño no las rechace). Se añade un chorrito de aceite
de oliva virgen y una pizca de sal (optativo) y obtenemos un caldo concentrado
en minerales y vitaminas. No obstante, este nutritivo caldo apenas tiene calorías,
que las proporciona básicamente el aceite de condimento. De manera que
si queremos convertirlo en un plato energético para nuestros pequeños,
le agregaremos pasta fina (fideos, estrellitas...), arroz, sémola o patata
cocida; todos ellos alimentos energéticos. Si además, la sopa
incorpora un trozo de la carne o el pescado del cocido desmenuzado, huevo duro
batido o rallado, tiras de jamón york o pavo; el plato se enriquece en
proteínas, e incluso puede servir de plato único si el niño
está inapetente.
- Sopa de ajo con nueces | ![]() |
- Sopa de ajo castellana con morcilla | ![]() |
- Sopa de gambas y fideos chinos |