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Valorado por su sabor, textura y frescura, el marisco es una opción saludable y fácil de preparar. Al ser un producto fresco, que suele prepararse cocido o al vapor, es ligero, algo que se agradece en comidas copiosas. Cualquier plato que lleve marisco es un recurso muy útil para evitar agobios de última hora en la cocina.
Propiedades nutricionales del marisco
Nos encontramos ante un grupo de alimentos muy rico en proteínas de calidad, ya que contienen todos los aminoácidos esenciales, por lo que ocupa un 25 % del plato de Harvard. También son bajos en hidratos de carbono y en grasas —y la que tienen es en su mayoría omega 3—, lo que los hace un alimento poco saciante para una comida de diario, pero muy recomendable como aperitivo si van a servirse otros platos más contundentes.
Entre las vitaminas, destaca la E —antioxidante— y las del grupo B, en especial el ácido fólico (B9), que es fundamental para el desarrollo de nuestras células. La mayoría del marisco también es rico en vitamina A, imprescindible para el fortalecimiento de nuestro sistema inmunitario y nuestra visión.
Los minerales con más concentración son el potasio, el sodio, el yodo o el magnesio, que, entre otros beneficios, favorecen el buen funcionamiento del cerebro.
➡️ Almejas, berberechos y mejillones son ricos en hierro —y muy recomendables para personas con anemia— y los chipirones o los langostinos destacan por su calcio, clave para nuestros huesos. ¿Y el pulpo? Este cefalópodo contiene una gran calidad de proteínas y poca grasa y calorías. Además, es rico en vitaminas del grupo B y vitaminas A y E.
En definitiva, el marisco constituye un alimento de mucha calidad nutricional. Solo un consejo: no se deben chupar las cabezas de los crustáceos por su alto contenido en cadmio, o al menos no hacerlo con frecuencia. Es un metal pesado que se acumula en estas partes.
Cuatro salsas saludables para acompañar el marisco
🍤 Mayonesa de aguacate
Tritura dos aguacates y mézclalos con 20 ml de aceite de oliva virgen extra, cuatro cucharadas de yogur griego, sal y zumo de un limón. ¡Listo!
🍤 Salsa gribiche
- Mezcla en un cuenco la clara de tres huevos cocidos, tres cucharadas de cebollino, tres de estragón, tres de perejil, 20 g de alcaparras, 50 g de pepinillos agridulces, pimienta negra y un poco de sal.
- Pica todo muy fino y, después, tritúralo.
- Añade las yemas, 30 ml de aceite de oliva virgen extra, el zumo de medio limón y una cucharada de mostaza.
- Mezcla todo y corrige de sal y acidez.
🍤 Pico de gallo
Pica una cebolleta, tres jalapeños, un tomate carnoso, un puñado de cilantro y mezcla en un cuenco. Añade el zumo de dos limas, sal y aceite de oliva virgen extra.
🍤 Curry rojo y coco
En una olla pocha una cebolla y añade tres dientes de ajo rallados, una cucharada de pasta de curry rojo, una guindilla y cubre con 100 ml de leche de coco. Cocina 15 minutos, tritura y cuela.
¿Marisco en la mesa? Consejos prácticos de oro
- 1. Encarga con antelación el marisco en tu tienda habitual. Recógelo el mismo día que lo vayas a servir o el día antes.
- 2. Intenta que no sufra golpes durante el transporte y refrigera lo antes posible.
- 3. Conserva en la parte más fría de la nevera en recipientes cubiertos con un trapo limpio húmedo o papel vegetal (crustáceos, centollos, nécoras, percebes…) y en la misma malla en la que vienen los bivalvos.
- 4. Saca antes de cocinar o servir.
- 5. No lo guardes nunca a temperatura ambiente.