Los beneficios del gimnasio para los adolescentes
¿Tienes hijos de 14 o 15 años que quieren apuntarse al gimnasio? No es problema. Para empezar, es normal que a esa edad empiecen a tratar de encontrarse mejor físicamente. Además, el ejercicio es beneficioso para todos, y más en una sociedad tendente al sedentarismo.
Y no te preocupes. Los expertos señalan que en la adolescencia no es perjudicial ir al gimnasio. De hecho, «es fundamental hacer ejercicio físico», dice la doctora Susana García Greciano, especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte y especialista en medicina hiperbárica en el Instituto Madrileño de Traumatología. Eso sí, matiza que es beneficioso «siempre y cuando se haga bien».
Por ejemplo, se puede realizar el plan que propone la experta:
- Un ejercicio aeróbico dos o tres días a la semana.
- Dos días de ejercicios de fortalecimiento muscular.
¡Ojo! La doctora advierte de que «las cargas de trabajo deben ser adecuadas al peso y edad«, por lo que es recomendable que al principio las rutinas sean guiadas por un entrenador.
➡️ Principales beneficios físicos y emocionales
¿Y qué beneficios aporta? Son numerosos, tanto a nivel físico como emocional. Entre ellos, destacan los siguientes:
- Desarrolla el aparato locomotor, huesos, articulaciones y musculatura.
- Favorece el sistema cardiovascular, que implica a los pulmones y el corazón.
- Ayuda a controlar el sistema neuromuscular. Es muy beneficioso para mejorar la coordinación y el control de los movimientos
- Permite mantener un peso corporal saludable. Moverse con intensidad moderada ayuda a quemar calorías, a partir de 20-30 minutos.
- Ayuda al control de la ansiedad y la depresión. Hacer deporte libera endorfinas, que te hacen sentir bien.
- Enseña hábitos y valores saludables. Ir al gimnasio les puede servir para establecer hábitos saludables para toda su vida. Además de enseñar a resistir y sobreponerse a momentos de cansancio, muestra que el esfuerzo tiene recompensa.
¿Qué problemas pueden aparecer?
Nunca es bueno hacer ejercicio sin control; ni en la adolescencia, ni después. Sin embargo, pasar horas en el gimnasio sin cierta supervisión en esa fase de crecimiento puberal puede conducir a «lesiones por sobreesfuerzo«, señala la doctora.
Algunas de estas lesiones son las siguientes:
- Entensitis: inflamación de la zona donde un tendón, ligamento, cápsula articular o fascia muscular se une al hueso.
- Epifisiolisis: fractura que afecta al cartílago de crecimiento.
- Lesiones musculares de diversa índole como contracturas, rotura de fibras o dolor de espalda.
- Problemas emocionales. Si bien hacer ejercicio es sano y hace que nos sintamos bien, obsesionarse con el ejercicio y el aspecto físico es altamente perjudicial. Es esencial que la motivación para ir al gimnasio sea la salud, sentirse bien, divertirse… nunca hay que hacer ejercicio solo por estética y «para cumplir unos cánones y requisitos que impone la sociedad».
¿Ir al gimnasio solo o con amigos?
Cada adolescente es un mundo, y habrá quien prefiera ir solo a ejercitarse y quien utilice el gimnasio como lugar para socializar. Por ello, elegir una u otra opción depende de los gustos y características del adolescente —señala la doctora—, aunque en realidad la mayoría de adolescentes que van al gimnasio lo hacen en grupo.
Escoger el deporte como manera de pasar juntos los ratos de ocio es una excelente noticia, pues les aleja de móviles y ordenadores y es una alternativa a otras maneras de divertirse que no siempre son saludables. Además, al hacer ejercicio en grupo, «hay una competitividad sana que puede espolear y ser una motivación para los más perezosos».