Cómo reducir el impacto de la publicidad navideña en los niños

Hacer entender a los pequeños que los Reyes tienen un presupuesto limitado o cerrar la carta con tiempo son varios consejos para protegerles del exceso de publicidad
Por Marta Vázquez-Reina 1 de enero de 2013
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Imagen: Crimfants

Los juguetes publicitados en Navidad no siempre son los más convenientes para los niños. Un estudio revela que los productos educativos solo copan el 1,5% del espacio televisivo, mientras que las figuras de acción superan el 40%. ¿Es posible proteger a los niños del exceso de publicidad en Navidad? Existen pautas que, al menos, les educan en un consumo responsable, entre ellas, limitar el tiempo de televisión, ofrecer opciones no comerciales y cerrar la carta de Reyes con tiempo.

Más de 34,5 millones de euros es la cantidad que los anunciantes del sector de juegos y juguetes invierten de media cada año en publicitar sus productos en los medios (televisión, prensa y revistas, radio, cine, etc.). Así se recoge en el informe 2012 de Infoadex, referente del control de la actividad publicitaria en España.

Esta elevada inversión se concentra de forma especial durante la campaña de Navidad, por medio de anuncios, catálogos y folletos pensados para que los niños busquen y elijan los juguetes publicitados en su lista de regalos navideños.

Los anunciantes dedican 35 millones de euros anuales a publicitar sus juguetes

Evitar que los niños reciban los miles de anuncios publicitarios que se emiten en Navidad es una misión casi imposible, pues estos no se limitan a los emitidos en televisión. Están presentes también en los catálogos comerciales y en los mismos establecimientos de venta.

Sí existen, sin embargo, pautas para reducir el impacto de la publicidad navideña en el niño; consejos que le ayudarán a convertirse en un consumidor más responsable y disfrutar incluso más de sus juguetes de Navidad.

1. Vigilar la televisión que ven los niños en Navidad

La publicidad de juguetes incluye todo tipo de productos, y no siempre son los más aconsejables o beneficiosos para los pequeños, según refleja el ‘Informe de la publicidad de juguetes durante las Navidades‘, elaborado por Esther Martínez Pastor, doctora en Comunicación de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, en 2011.

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Imagen: sburke2478

La investigación analiza los anuncios dirigidos a los menores emitidos en televisión dentro de la franja de horario protegida, es decir, la pensada para ser disfrutada por los niños.

Las muñecas y sus accesorios copan el 24% de los anuncios. Las figuras de acción el 19% y los juegos de mesa un 16,2%. Mientras que los menos representados son los juegos de construcción, los educativos y los de instrumentos musicales, con tan solo un 1,5% del tiempo.

La alternativa para los padres es al menos intentar limitar su visualización de los miles de anuncios de juguetes que invaden la televisión, revistas, catálogos y escaparates comerciales.

Mantener unos horarios razonables de visionado televisivo durante las fiestas es una de las opciones que hay que tener en cuenta. Además, los catálogos navideños deben ser utilizados solo para elegir los juguetes. En ningún caso hay que dejar que se conviertan en el libro de cabecera durante todas las Navidades.

2. Aprender a limitar el número de regalos de los niños

Si se deja que el pequeño haga su lista de regalos sin ayuda, es probable que esta se extienda de manera significativa. Cada vez que vea un producto atractivo en un anuncio (o en la tienda), lo incorporará a su listado, sin valorar si son muchos o pocos los juguetes que ya ha solicitado.

Para evitar que la lista de peticiones navideñas se extienda, los padres deben poner un límite claro sobre el número de juegos que pueden pedir en estas fechas. De modo que si el niño desea añadir un nuevo objeto visto en un anuncio de juguetes, deberá sustituirlo por alguno de los que ya tenía apuntado.

3. Los Reyes también tienen un presupuesto limitado

Hay que explicar a los niños que el presupuesto de los Reyes, Papá Noel u Olentzero no es ilimitado

A los niños que ya entiendan los números, se les puede orientar sobre el presupuesto que tienen para este año los Reyes Magos, Papá Noel, Olentzero, Esteru o Angulero. Esto les permitirá calcular el número de regalos permitidos.

A los más pequeños se les puede pedir que marquen en su lista los juguetes preferentes. De esta forma, «si hay problemas de espacio en los camellos o en el trineo», los Reyes sabrán cuál es el regalo que no puede quedarse atrás.

4. Enseñarle a elegir los juguetes

Los anuncios de juguetes pueden crear ansiedad en los niños. ¡Esto lo quiero! ¡Y este también! Son dos frases habituales en esta época. La elección suele estar guiada más por impulsos que por razonamientos. Este modo de actuar es lógico a esas edades, pero que implica que los regalos queden olvidados en un rincón después de tan solo dos o tres usos.

Es labor de los padres hacerles pensar un poco y ayudarles a reflexionar sobre qué motiva su elección y el uso que se le dará al producto. Formular algunas preguntas a los pequeños les hará recapacitar sobre su elección y limitar su lista de juegos a los productos que en realidad se utilizarán. ¿Por qué te gusta?, ¿tienes ya algo parecido?, ¿puedes jugar tu solo o necesita otros jugadores? o ¿lo has probado ya antes? son algunos ejemplos útiles.

5. Los anuncios no pueden ser la única opción

Los padres no deben permitir que la elección de los juguetes de Navidad se limite a los productos incluidos en los catálogos comerciales o publicitados en la televisión. Hay muchas más opciones. Y, en muchos casos, más económicas. Las familias deben ayudar a los pequeños a conocerlas.
Los anuncios no pueden ser la única opción para elegir juguetes

En función de los gustos y aficiones del niño, los progenitores pueden elaborar con él una lista de regalos alternativa, sin incluir las opciones comerciales. Si al pequeño le atrae mucho la naturaleza, se puede incluir unos prismáticos y un vale por cinco salidas al campo, una opción que nunca encontrará en un catálogo de juguetes convencional.

6. Cerrar las listas a tiempo protege a los niños de la publicidad

La carta de los Reyes Magos o de Papá Noel debe redactarse lo antes posible. Y, una vez entregada, hay que limitar al máximo la inclusión de nuevos regalos. Si el niño sabe que ya no puede cambiar ni escribir los nombres de nuevos juguetes en su lista, el impacto de la publicidad comercial se reducirá de forma notable.

También hay que evitar que los familiares que participarán en los regalos de Navidad pregunten a los pequeños qué juguetes quieren. Lo más conveniente es contar con los regalos del resto de la familia en la misma carta.

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