Consejos contra la ansiedad por separación en niños

Dejar al pequeño en un momento en que tanto él como el cuidador estén tranquilos y relajados es una de las claves para no acrecentar esta ansiedad
Por Cristian Vázquez 28 de mayo de 2015
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Imagen: Sharon Pruitt

Entre los 10 y 24 meses de vida, es normal que los bebés no toleren bien la separación de su madre, su padre u otra figura de apego. Es lo que se conoce como ansiedad por separación en los niños, la cual se manifiesta sobre todo a través del llanto. A continuación se dan algunos detalles acerca de esta etapa: factores que influyen en la reacción del pequeño, consejos para el momento de separarse de él y también datos sobre el trastorno de ansiedad por separación, un problema que aparece cuando la angustia por alejarse de sus padres permanece en la infancia e incluso la adolescencia.

Ansiedad por separación en bebés, ¿es normal?

La ansiedad por separación es una etapa normal en el desarrollo del bebé. Como su nombre indica, es una ansiedad que se genera en el pequeño cuando se separa de su figura de apego primario (su madre, en la mayoría de los casos, aunque también puede ser su padre o el adulto que esté a cargo de él).

Por lo general, aparece en torno a los diez meses de vida del niño, alcanza un pico alrededor del año y medio y disminuye hasta desaparecer hacia los dos años de edad.

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Imagen: clairity

Se podría definir como la reacción del menor ante el miedo de que su madre o su padre se marchen y ya no regresen. Es un temor adaptativo, ya que el pequeño es por completo dependiente de sus cuidadores. Se manifiesta sobre todo a través del llanto, que a esa edad es todavía su principal medio de expresión.

Como la ansiedad por separación constituye una etapa cómún en el desarrollo del niño, los padres no deben preocuparse por ello. Como explica la guía para madres y padres ‘Cuídame‘, editada por la Comunidad de Aragón, cuando el bebé «tenga capacidad para entender que, aunque su madre desaparezca después regresa, esa ansiedad irá disminuyendo». Sin embargo, esta angustia ante el alejamiento de sus mayores podría reaparecer en momentos de estrés.

¿Por qué mi bebé sufre ansiedad por separación?

Los pediatras enumeran las causas desencadenantes de la ansiedad por separación.

  • Edad del menor. Más allá de la angustia, los niños llevan mal las separaciones hasta los tres años, mientras que, en general, las toleran bien a partir de los cinco.

  • Duración de la separación. Las separaciones más largas y repetidas (como la incorporación de la madre al horario laboral, con turnos de 8 horas) producen, como es natural, una reacción más intensa.

  • Persona que sustituye a la madre. Es muy diferente si el bebé se queda con una figura cercana, como un abuelo u otro familiar, que si lo hace con una niñera a la que no conoce demasiado.

Consejos para el momento de separarse del niño

Los expertos dan algunos consejos prácticos para el momento de la separación.

  • Procurar que el niño haya comido y esté relajado.

  • Explicarle que el cuidador se irá y volverá más tarde, sin engaños del tipo: «Volveré enseguida».

  • Comenzar con separaciones cortas.

  • Estar tranquilo antes de separarse del pequeño. Si la madre o el padre están nerviosos o ansiosos, es probable que el niño lo perciba y se contagie de su estado, lo cual propiciará que sufra, un poco más tarde, angustia por la separación.

Trastorno de ansiedad por separación

Si después de los dos años de edad el pequeño sigue sufriendo ansiedad ante la separación de su madre o su padre, el caso podría derivar en el llamado trastorno de ansiedad por separación. Según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), este problema afecta al 5% de los niños y adolescentes atendidos en consulta psiquiátrica y representa casi la mitad de los casos de trastornos de ansiedad en la infancia y la adolescencia.

Los protocolos de la AEP se refieren a una implicación patológica entre el menor y sus figuras de apego. Los principales síntomas de esta ansiedad aparecen cuando la separación se produce o cuando el niño la anticipa y van desde cuestiones somáticas (palpitaciones, rubefacción, inquietud, mareos) hasta psíquicas (miedo a accidentes, enfermedades o sucesos que pudieran convertir la separación en definitiva).

En los más pequeños, el trastorno de ansiedad por separación ocasiona tristeza, aislamiento y problemas de concentración, mientras que en los adolescentes genera una negativa a salir de su casa y alejarse de sus padres -incluso para asistir a la escuela-, con las diversas complicaciones que esto genera para el desarrollo de su vida independiente. La recomendación en estos casos es, por supuesto, acudir a un especialista.

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