Perlas de agua: un juguete con riesgos para los menores

Si estas bolitas se ingieren, una vez dentro del cuerpo, pueden continuar creciendo y hacerlo tanto como para bloquear el intestino o las vías respiratorias
Por María Huidobro González 20 de febrero de 2025
bolitas de gel
Imagen: Engin Akyurt
Parecen inofensivas, pero nada más lejos de la realidad. De simples adornos para floreros o de elementos coloridos para rellenar las botellas sensoriales para bebés, las perlas de agua han pasado a convertirse en juguetes infantiles con los que los niños y niñas deben tener mucho cuidado. Y es que, a pesar de que las también conocidas como bolas de gel sensoriales son pequeñas pelotitas como cuentas o abalorios, al contacto con el agua se agrandan como por arte de magia. Y esto supone un importante riesgo. Te contamos qué es este juguete, de qué está hecho, qué peligros entraña y qué precauciones debes tomar si tus peques lo usan.

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Qué son las perlas sensoriales para niños

Las perlas de agua, también conocidas como perlas sensoriales, son unas bolitas de plástico que miden entre dos y cuatro milímetros de diámetro (la cabeza de un alfiler), pero que en contacto con el agua multiplican su volumen hasta alcanzar en unas horas (de 4 a 10) los 12 milímetros. Las hay, incluso de tamaño gigante, que pueden superar los cuatro centímetros.

Transparentes o de color, algunas de estas bolas brillan en la oscuridad, pero todas, al secarse, reducen su tamaño hasta lograr de nuevo su forma original. Además, por supuesto, pueden volver a hincharse al meterlas en agua.

Si en su tamaño original estos juguetes se parecen a cuentas o abalorios muy pequeños, como las que se utilizan para hacer pulseras o collares, ya infladas con el agua estas perlas se asemejan a los chicles de bola o las canicas, causa frecuente de los atragantamientos infantiles.

🔴 ¿De qué están hechas?

A pesar de que se denominan bolas, gotas, cristales o perlas de agua, y que también se conocen como perlas de gelatina o hidrogel, las water beads no son de agua. Están hechas de plásticos polímeros superabsorbentes, en concreto en resina natural (no resina epoxi) no tóxica, que proporciona dureza y elasticidad.

Como detallan sus fabricantes, este material traslúcido es biodegradable y respetuoso con el medio ambiente, además de que no se decolora ni es inflamable ni lo tiene fácil romperse o desvanecerse.

¿Para qué sirven las perlas de agua?

Hay bolas de hidrogel que se utilizan en jardinería para mantener la humedad de las plantas. Gracias al agua, estas perlas compuestas por ácido poliacrílico y sal potásica se transforman en un gel que en la tierra va liberando poco a poco el agua que ha absorbido.

Pero estas bolas a las que nos referimos son algo distintas. Las perlas de agua sirven como elemento de decoración. Con ellas se adornan centros florales de mesa o se rellenan jarrones de cristal con plantas o flores, tanto con agua como sin ella. De hecho, son una alternativa a la tierra tradicional para las plantas de interior y sus esquejes. Además, se usan como material interesante en manualidades con el que crear efectos decorativos.

Y desde hace unos años se empezaron a emplear en educación como una herramienta de juego con la que experimentar y estimular el desarrollo de los menores, en especial para niños con autismo y otras condiciones.

Pero también han llegado al público general. De hecho, estamos ante un juguete muy solicitado como regalo en Navidad o por cumpleaños.

Cómo se usan las perlas de gel

bolitas de gel
Imagen: mikaylaquinnphoto

Como ya hemos explicado, al volcar estas perlas sensoriales en un cubo con agua, crecen y adquieren un tamaño idóneo para que los menores pueden manipularlas con sus manos o sus pies. Así, pueden cogerlas, pescarlas del agua, tirarlas al suelo, aplastarlas, estrujarlas, clasificarlas por colores… Incluso se comercializan pistolas de juguete en las que poder meter estas bolitas, hacerlas crecer un poco y lanzarlas.

Los fabricantes de las perlas de agua señalan como beneficios destacados los siguientes:

  • Desarrollo motor. Al agarrar las perlas y jugar con ellas, los niños fortalecen los músculos de sus manos, desarrollan habilidades motoras finas y mejoran su coordinación mano-ojo.
  • Estimulación sensorial. Experimentan y aprenden texturas, temperaturas, tamaños, formas, colores, sensaciones… principalmente con los sentidos del tacto, la vista y el oído.
  • Relajación. Tocar y estrujar estas bolas de gel proporciona una sensación relajante, de calma… idónea para aliviar el estrés y la ansiedad.  

Por qué las bolas de gel son peligrosas para los niños

A pesar de sus usos y beneficios, este juguete no está recomendado para niños menores de cinco años. Y es que, si bien ya hinchadas estas perlitas se pueden confundir con golosinas o caramelos que un bebé, siempre curioso e inocente, tiene la tentación de tragarlas para probarlas, en realidad resultan más peligrosas en su estado inicial.

Como son bolitas tan pequeñas, parece que no entrañan riesgo alguno. Pero esto no es cierto, ya que, una vez dentro del cuerpo, pueden continuar creciendo y hacerlo tanto como para bloquear el intestino o las vías respiratorias. Y claro, no es lo mismo introducir una perla ya grande, que un montón de las enanas.

🟠​ Al ingerirlas o tragarlas

El peligro, por tanto, está principalmente en tragarlas. ¿Qué pasa si mi hijo se traga una bolita de gel? Como explican los expertos en urgencias, la expansión de estas perlas dentro del organismo —que a veces no se ven en la radiografías— puede causar en los menores vómitos, deshidratación, obstrucción intestinal e infecciones, que requieren de intervención quirúrgica.

En EE. UU., donde las visitas a urgencias se han disparado en los últimos años debido a este tipo de accidentes (un 130 % más de 2021 a 2022), incluso se conoce la muerte de un bebé de 10 meses en 2023 por este motivo.

🟠​ Al meterlas por la nariz o el oído

Pero no solo provocan daños al ingerirlas o aspirarlas (asfixia). Al ser tan chiquitinas, los niños corren el riesgo de introducirlas en sus orificios nasales o en sus conductos auditivos. Y no es raro. Entre los objetos que los peques más se meten en la nariz, además de las pilas de botón, lideran el ranking juguetes infantiles como cuentas y abalorios para hacer colleres y pulseras, las populares piezas de Lego y, precisamente, las bolitas pequeñas.

Y en el caso de las perlas de agua, esto tiene consecuencias específicas: en la nariz, congestión, mocos, hinchazón o fiebre, por ejemplo, mientras que en el oído se han dado casos de infecciones, daños en los tímpanos y pérdida de audición.

Además, por si fuera poco, también se han reportado lesiones oculares por culpa de las bolitas lanzadas con pistolas de juguete o blasters de gel.

Consejos para un uso seguro de las bolitas que se inflan con el agua

perlas de gel
Imagen: pepesoriano

Los incidentes de ingesta o aspiración de cuerpos extraños como las perlas de agua no son aislados; también se producen en España. Por eso los pediatras de urgencias y, también, la Academia Americana de Pediatría recomiendan lo siguiente en el caso de que se quieran emplear estas bolas de agua con seguridad:

  • No tengas en casa perlas de agua hasta que todos tus hijos cumplan al menos los tres años de edad.
  • Enséñales a que nunca se traguen ningún artículo que no sea comestible.
  • Utiliza las perlas de agua en una mesa y barre o pasa la aspiradora inmediatamente tras su uso. ¿La razón? Cuando están secas, son difíciles de encontrar si se caen al suelo.
  • Guarda las bolas en un recipiente herméticamente cerrado y en un lugar seguro fuera del alcance de los niños.
  • Verifica que es un juego adecuado para tu hijo. Normalmente, están recomendados para mayores de cinco años.
  • Supervisa el juego de los menores con las perlas de agua.

Cómo saber si un niño ha tragado perlas de agua

Si, aun así, sospechas que tu hijo ha podido ingerir alguna de estas perlas de agua, ten en cuenta que estas son las señales que pueden ayudarte a saberlo:

  • El peque se niega a comer o tiene dificultad para tragar.
  • Está somnoliento (letargo).
  • Babea constantemente, tose, tiene arcadas.
  • Vomita.
  • Respira de forma acelerada, le cuesta o se oye un silbido al respirar.
  • Se queja de que algo obstruye su garganta o pecho.
  • Dolor abdominal.
  • Está estreñido.
  • Tiene hinchazón en el estómago.

Qué hacer si mi hijo ha comido bolitas de gel

Si notas los síntomas descritos, llama al 112 o llévale a urgencias. En estos casos, una atención médica rápida resulta crucial para evitar obstrucciones en el intestino o casos de asfixia, que pueden dejar secuelas graves. Mientras tanto, no le hagas vomitar y no le des agua ni comida.

Y tanto si tienes sospecha de ingestión, como si tu hijo se puso perlas de agua en el oído o en la nariz, consulta también.

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