Esta planta destaca especialmente por su colorido y por sus flores, que parecen auténticos plumeros de colores. Por ello es una planta que alegrará el jardín, aportando un toque diferente. Algunos de estos plumeros pueden llegar a superar el metro de altura. Hay diversas variedades de flores blancas y rosadas. Para cultivarlas necesitan un suelo muy húmedo, turboso y sin cal. Los terrenos encharcados son los mejores para el cultivo de los plumeros de astilbe y si son terrenos sombríos, mejor que mejor. Esta planta se multiplica fácilmente por división de matas, en primavera o en otoño, o por semillas sembradas a cubierto durante los meses de primavera.