Con el paso del tiempo las vigas que sostienen el tejado de las viviendas unifamiliares pueden llegar a resquebrajarse, o presentar rajas, debido a que la madera ha envejecido y se ha deteriorado merced al peso que ha tenido que soportar.
Estas rajas suelen aparecer debido a que la madera es un material vivo que se dilata y se contrae, asimismo puede verse atacado por insectos como la termita o la carcoma. Si apreciamos serrín en el ático o que la madera tiene agujeros por los que han salido las carcomas, tras construir unas galerías en su interior, deberá introducir líquido anticarcoma a través de los mencionados orificios de salida con la ayuda de una jeringuilla.
Si observa la presencia de rajas en las vigas lo primero que ha de hacer es localizarlas todas, puede que se aprecien en diferentes partes de una misma viga o bien en diversas vigas. Una vez localizadas las zonas con desperfectos deberá de apuntalar las vigas con unas cuñas, colocándolas en las zonas de unión entre los elementos portantes, si es que nota que se han producido ligeros cambios respecto a su posición original.
Para lograr reforzar estas maderas existen dos opciones, aunque su modo de colocación es el mismo. Deberá colocar unas planchas de acero a ambos lados de la viga, uniéndolas con unos pernos que atraviesen la madera, y fijarlas con unas tuercas que deben disponer de contra arandelas. De esta forma conseguirá que el metal no aprisione completamente la madera y que pueda dilatarse y contraerse merced a las variaciones de temperatura sin problemas.
Otra opción consiste en colocar una chapa de acero en forma de U, de manera que cubra la parte inferior y los laterales de la viga afectada, proporcionándole un mayor refuerzo que la anterior solución.
