Antes de empezar a trabajar sobre un jardín es necesario conocer sus medidas, no sólo para tener un mayor conocimiento a la hora de dividir el trabajo del terreno y planificar adecuadamente su diseño, sino también para adquirir la cantidad necesaria de materia orgánica, de sustrato, arena, cal o turba que se necesite para tener un suelo en condiciones.
Para realizar la medición es preciso contar con varias estacas que sirvan de referencia a la hora de tomar las medidas del espacio que se tiene disponible. Los palos deben situarse siempre en los límites artificiales que existen, es decir los muros, bordes, vallas o las paredes de la casa, entre otros. En una de las estacas se engancha un cinta métrica que disponga al menos de 30 metros y se tira el metro hasta llegar donde se encuentra situada la otra estaca o punto de referencia. Simultáneamente las medidas que se van tomando se trasladan a una hoja preferiblemente a escala.
Así se van midiendo todos lados y en el caso de tener obstáculos intermedios, como puede ser la existencia de un pozo, la propia casa o un invernadero, éstos han de ser igualmente medidos y trasladados al plano.