La principal causa que provoca que nuestras plantas crezcan pero no florezcan la encontramos en una combinación terrible para ellas como es el exceso de riego y de calor. Si esto sucede, lo más conveniente será cambiar de emplazamiento el ejemplar y, si aún no ha iniciado su temporada de floración, aportarle temperaturas frescas y muy poca agua. A continuación se enumeran algunas de las plantas afectadas por este problema, que suele provocarnos más de un quebradero de cabeza, al no explicarnos como un ejemplar sano y que crece sin problemas no llega a florecer. Los consejos para evitar este mal tan común son:
–Si su Amarilis no recibió el suficiente abono el año anterior y su bulbo no llegó a engordar la planta no florecerá. En este caso deberá abonarlo, aunque no florezca hasta que las hojas de este ejemplar anual se marchiten y se seque.
–Si el cactus de navidad (Schlumbergera truncatus) recibe un exceso de riego y luz tampoco florecerá, por lo que deberá mantener el sustrato con poca humedad durante el otoño y reducir la intensidad de la luz diurna para favorecer la floración.
–El ave del paraíso o dipladenia puede dejar de florecer si se encuentra en un lugar oscuro, por lo que será necesario emplazarlo en un sitio más soleado mientras está en flor.
–En el caso de la flor de cera, si además de no tenerla en un sitio soleado la ha regado en exceso deberá trasladarla y aportarle únicamente un riego semanal.
–Para que esto no suceda a la crosandra deberá respetar su periodo invernal de reposo, reduciendo los aportes de iluminación y regando tras comprobar que la tierra está seca.
–El cactus de pascua (Schlumbergera gaertneri) suele perder sus hojas por un exceso de riego, por lo que a finales de invierno deberá mantener el sustrato muy poco húmedo con el objetivo de estimular la floración.
