El cordiline puede llegar a alcanzar unos 60 cm de altura, aunque deberá esperar de 4 a 6 años para contemplar esta planta plenamente desarrollada, porque no es un ejemplar de crecimiento rápido y sólo crece unos 10 o 15 cm por año.
Existen diversas variedades que se diferencian por el color de sus hojas, verdes lisas, crema y verde, rojo o rojo vivo. Son ejemplares muy resistentes si se les proporcionan los cuidados oportunos.
Esta planta procedente de las zonas tropicales de América del sur requiere de luz abundante para mantener el color de sus hojas, por lo que deberá colocarla cerca de una ventana.
No obstante tenga en cuenta que las variedades verdes requieren menos luz y que no deberán recibir directamente los rayos solares de las horas centrales del verano. Debido a su procedencia tropical requiere temperaturas elevadas, aunque si en verano se superan los 24º C se deberá aumentar la humedad ambiental.
También habrá que emplear un sustrato en el que estén mezcladas a partes iguales la marga y la turba, y regar dos veces a la semana en invierno y una en verano para evitar que el sustrato seque completamente.
Durante la época estival, cuando el ejemplar sea maduro, aportará bellas y blancas flores estrelladas de largos tallos que contrastarán con sus también larguísimas hojas.
Es un ejemplar que casi no necesita ser podado, salvo para controlar su forma y tamaño, porque sus grandes hojas pueden llegar a estorbar a alguno de los ejemplares colindantes impidiendo que les lleguen los rayos del sol. Los ejemplares demasiado altos y alargados demandarán una poda vigorosa durante la primavera. También deberá retirar sus hojas secas y mustias y las flores marchitas para evitar que su olor atraiga a cualquier plaga.
