El cultivo en terrarios

En función de las necesidades de humedad y temperatura de las plantas, se puede optar por un terrario cerrado o abierto
Por EROSKI Consumer 20 de octubre de 2004
Img terrario plantas
Imagen: Amy Gizienski

Los terrarios son minijardines de interior rodeados por una estructura de vidrio, que los convierte en pequeños invernaderos. En ellos se dan unas condiciones óptimas de humedad y temperatura para el desarrollo de las plantas. En función del tipo de vegetal que se cultive, se puede optar por un terrario cerrado o abierto.

Un pequeño jardín acristalado

El elemento principal de este tipo de cultivo es el recipiente en el que crecen las plantas. El requisito imprescindible es que sea de cristal transparente para que reciban más luz. En cuanto al tipo de estructura, ésta puede ser una urna, un acuario o pecera o un terrario fabricado para tal fin. Cualquier receptáculo puede servir, siempre y cuando permita un drenaje que evite el estancamiento del agua y dé cabida a un volumen suficiente de tierra. No obstante, si las especies vegetales no soportan un exceso de humedad, como en el caso de las suculentas o crasas, la mejor opción es mantener el recipiente abierto. En los cerrados se deberán cultivar plantas que requieran abundante cantidad de agua.

Sobre el fondo del recipiente se extiende una capa de grava menuda y se llena a ras con mantillo para plantas verdes. Si el receptáculo no dispone de un sistema de drenaje, encima de la grava se debe extender una capa fina de carbón vegetal para evitar encharcamientos. A continuación, se añade una tercera capa de tierra húmeda. Para dar más relieve a la composición se pueden añadir algunas piedras o trozos de madera. Después, se colocan las plantas una a una, de manera que formen una composición armoniosa. Por último, se rocían las plantas y el sustrato con agua.

Algunas de las especies vegetales más apropiadas para cultivar en un terrario son las plantas carnívoras, las cactáceas, los helechos, las begonias y cualquier otro tipo de planta de pequeño tamaño que soporte bien una temperatura y humedad altas.

Cuidados y mantenimiento

Los terrarios tienen una atmósfera especial que propicia el crecimiento de las plantas. Destaca una humedad elevada y constante, una temperatura regular y la ausencia de corrientes de aire. No obstante, para un buen desarrollo de la vida vegetal, es necesario tomar una serie de precauciones.

El terrario se debe mantener siempre húmedo, por lo que, si es necesario, se debe pulverizar con agua a menudo

Dada la cobertura acristalada, no es extraño que se forme vaho en el recipiente si la temperatura exterior es baja. Si esto no es así, es probable que el sustrato esté demasiado húmedo, por lo que habrá que abrir el recipiente hasta que la condensación haya desaparecido.

Otro aspecto que se debe tener en cuenta es que, si bien el terrario necesita bastante luz, no debe estar expuesto a los rayos directos del sol.

Además, puesto que algunas plantas crecen más rápido que otras, cada cuatro o seis meses será necesario trasplantar los ejemplares que hayan crecido demasiado.

Por lo que respecta a las necesidades de riego, éstas son escasas. El propio recipiente proporciona humedad: cuando los vegetales transpiren, el vapor de agua se condensará en las paredes de cristal y volverá a caer a la tierra. No obstante, el terrario se debe mantener siempre húmedo, por lo que, si es necesario, se debe pulverizar con agua a menudo.

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