El malope requiere riegos mínimos y espaciados

Sus principales enemigos son los hongos
Por EROSKI Consumer 29 de junio de 2004

El malope es una planta anual de hojas alternas, cuyos bordes están ligeramente aserrados, y que puede llegar a alcanzar los 30 centímetros de altura. El periodo de floración se produce en los meses estivales, ofreciendo ejemplares solitarios de 5 pétalos rojos o rosas veteados con púrpura o blanco, en cuya base se deja ver el cáliz.

Esta planta perteneciente a la especie de las malváceas es oriunda de los países bañados por el Mediterráneo, tanto europeos como africanos. Sus principales enemigos son los hongos Colletotrichum malvarum y la Puccinia malvacearum, ante los cuales hay que responder de forma contundente, tanto que puede llegar a implicar la eliminación de los ejemplares dañados si las desinfecciones químicas no dieran resultado.

Para deshacerse de los ejemplares dañados y que la infección presente en éstos no se propague, la mejor solución consiste en quemarlos y desinfectar adecuadamente las herramientas, tales como tijeras de poda o azadas, empleadas para retirar las partes dañadas o arrancar la planta.

Por lo demás, un sustrato blando y un abono orgánico son suficientes para crear un buen entorno para que la planta pueda llegar a desarrollarse sin ningún tipo de problemas.

Con este tipo de planta es necesario espaciar mucho la frecuencia de los riegos, ya que una abundancia de agua puede acabar con ella. Antes de regar toque la tierra sobre la que permanece asentada y si mantiene la humedad no será necesario que le aporte más agua. Por lo general, es suficiente con regar dos veces por semana esta planta y no excederse de los 200 centilitros por mata.

Respecto a sus necesidades lumínicas, el malope aprecia especialmente estar situada en lugares donde los rayos del sol incidan directamente sobre ella.

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