En ocasiones, la tarea de bricolaje más sencilla se complica. Este puede ser el caso de cuando se quiere desmontar un mueble y cualquiera de los tornillos está oxidado. Esta oxidación de los tornillos y roscas metálicas es casi inevitable, sobre todo en determinadas zonas de la casa donde la humedad y el agua pasan factura.
La consecuencia es que el tornillo se engasta a la madera, convirtiendo en casi imposible la extracción del mismo y por tanto de desmotar el mueble. Para darle una solución a esto, se puede inyectar alcohol entre la madera y el propio tornillo con la ayuda de una jeringuilla, con el fin de que el alcohol arrastre el óxido.
Si el anterior truco no ha funcionado, también se puede recurrir a usar un destornillador automático con muelle o al calentamiento del metal para que el tornillo se dilate, y así poder continuar desmontando el mueble.