Frutales en el balcón

La elección entre ejemplares de tamaño natural o cepas enanas depende del espacio disponible
Por EROSKI Consumer 23 de diciembre de 2004
Img naranjo enano

Manzanos, naranjos, limoneros, cerezos o perales al alcance de la mano. Con sólo abrir la ventana, la puerta de la terraza o del balcón. Gran parte de los árboles frutales más comunes se pueden cultivar en macetas, grandes y profundas, en tamaño natural o cepas enanas. El espacio disponible marca la elección de una u otra variedad.

Árboles frutales de todos los tamaños

En general, los frutales alcanzan dos metros de altura. Es el caso de los manzanos y los perales. Estos últimos necesitan bastante luz y calor. Además, precisan de una tierra húmeda y un abono de larga duración en primavera. Para un óptimo desarrollo, se deben trasplantar cada dos años y las podas deben ser periódicas. Según las variedades, los frutos empiezan a recolectarse a finales de verano.

Respecto a los manzanos, deben estar orientados al sol y al abrigo del viento. La tierra debe permanecer siempre húmeda, sobre todo en los primeros meses, y solo necesitan abono en primavera. Los frutos se recogen a principios de otoño, aunque algunas variedades se recolectan en julio y en agosto.

Quien se decida por un naranjo enano debe saber que es una planta arbustiva que rara vez sobrepasa el metro de altura. Sus flores blancas y fragantes dan lugar a unos frutos verdes que, al cabo de unos meses, se vuelven anaranjados y comestibles, aunque no muy dulces.

El naranjo enano es una planta arbustiva que rara vez sobrepasa el metro de altura

Necesita luz y un riego regular durante el periodo de crecimiento, mientras que en invierno debe ser menos frecuente. El abono se debe realizar cada quince días durante los meses de verano y se debe suspender en invierno. No admite bien las podas, por lo que se deberán hacer de forma planificada y con sumo cuidado, con el objetivo de controlar su forma y tamaño, para conseguir que mantenga su aspecto decorativo. La mejor época para ello es la primavera.

Habituales de terrazas y balcones son también los limoneros de pequeño tamaño. Este frutal necesita luz y bastante humedad. El suelo debe ser un poco ácido y el abono rico en macronutrientes (fósforo, potasio, azufre, nitrógeno) y micronutrientes (hierro, cloro, zinc). No tolera el frío, el viento o las heladas. En estas condiciones adversas, sus hojas se caen y el tronco se puede llegar a partir.

Fruta fresca al alcance de la mano

Img fresa art

Si la terraza o el balcón tiene orientación este u oeste y está protegida del viento, es un buen lugar para cultivar kiwis. Además, se debe contar con espacio suficiente, ya que esta planta es trepadora y puede alcanzar los tres metros de altura.

Al plantar alguna de las diferentes variedades de este frutal, hay que discernir si son dioicas o monoicas. Estas últimas son autopolinizantes, con flores unisexuales (masculinas o femeninas) en la misma planta, por lo que basta con plantar un ejemplar para obtener frutos. Es el caso de las variedades Jenny y Oriental Delight. En cambio, entre las plantas dioicas, se distinguen ejemplares macho y ejemplares hembra, por lo que en ocasiones se debe plantar un árbol macho por cada cuatro hembras. Un ejemplo de kiwis dicoicos son las variedades Weiki y Hayward.

Respecto a los cuidados, el sustrato debe permanecer siempre húmedo y se debe abonar en junio y a principios de agosto. Con una buena protección, puede hibernar en el exterior. La recolección de los frutos se realiza a partir de finales de octubre.

Las fresas se pueden cultivar en cestas colgantes, jardineras o tiestos

También se pueden cultivar fresas sin salir de casa, en cestas colgantes, jardineras o tiestos. Su cultivo y reproducción, esta última por estolones (tallos rastreros que nacen en la base de los tallos principales), son muy sencillos.

La humedad de la tierra debe ser uniforme y al agua de riego ha de agregarse un abono de larga duración en primavera. Esta operación se debe repetir cada ocho semanas hasta el otoño. Si hiberna en el exterior, se debe proteger con plásticos.

Otra pequeña fruta de fácil cultivo es la grosella. Este arbusto puede llegar a medir dos metros y, al igual que las fresas, se reproduce por espolones, en suelos ácidos y húmedos, pero bien drenados. El abono se hace en primavera con un producto de larga duración y se repite cada ocho semanas hasta agosto. Si el tamaño de la planta lo requiere, se debe entutorar con guías. Los frutos del grosellero se recolectan entre julio y agosto.

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