En esta época del año conviene empezar a preparar el jardín para recibir a la primavera. Se puede aprovechar para plantar ejemplares de árboles o arbustos de hoja caduca, que aporten sombra a lo largo del verano. De todas formas, si no se dispone de mucho tiempo para dedicar al mantenimiento del jardín es recomendable escoger pocos ejemplares de este tipo, ya que obligan a retirar las hojas que se vayan desprendiendo de sus copas si se quiere tener un jardín limpio.
Si hay que comprar los árboles, la mejor opción es adquirir ejemplares a raíz desnuda, que son mucho más baratos. No obstante, se debe tener en cuenta que no deben estar expuestos al aire ni al sol, y que habrá que proporcionarles mucha humedad tras haberlos plantado.
También es una época propicia para sembrar plantas como la gipsófila, el altramuz, las zinias, plantas que florecen entre la primavera y el verano y cuyas ramas pueden cortarse para llenar jarrones que decoren la casa. Lo mejor es regar todo lo que se acaba de plantar, sobre todo si hay peligro de que puedan seguir produciéndose heladas, porque al hidratar las plantas el daño que las bajas temperaturas pueda provocarles será menor.
Se puede asimismo aprovechar para podar ligeramente rosales, vides y árboles y arbustos de hoja caduca, con el objetivo de sanearlos para que florezcan sin problemas. Por otro lado, es recomendable abonar los ejemplares aportándoles nuevo sustrato, protegiendo a la vez las raíces, o bien aplicándoles abono en formato líquido o sólido.
