Como norma general el césped se compacta cada cierto tiempo, momento en el que son necesarias unas medidas para paliar en la medida de lo posible su deterioro.
La compactación se produce con mayor asiduidad en climas húmedos, aunque los jardines situados en lugares de clima seco no están a salvo de este proceso.
El peligro consiste en que el césped se puede secar, con la consiguiente aparición de musgo.
Para evitar esto procederemos a airear nuestro césped. Esta operación generalmente se realiza cada dos o tres años en césped normales. Los terrenos que soportan mucho tránsito de personas requieren una frecuencia de aireación más continua, lo normal es que se aireen por lo menos una vez al año.
La aireación consiste en realizar pequeños agujeros en el césped para que la tierra reciba aire y se renueve .Se realizará con la ayuda de una laya si se trata de una superficie pequeña, o de un aireadora de latón si el terreno a airear es relativamente grande.
Si utilizamos la laya, ésta se deberá clavar en la tierra unos diez centímetros varias veces en diferentes partes del terreno. Cuando la herramienta esté en la tierra realizaremos movimientos hacia delante y hacia atrás.
