El cipero es un ejemplar cuyas hojas pueden esquejarse fácilmente. Para poder realizar un esqueje de las hojas, o foliar, éstas no deben de estar secas, algo muy común en los ejemplares cercanos a la calefacción que no hayan sido regados con regularidad.
La calefacción es uno de los principales enemigos de los ejemplares de interior, porque altera de forma artificial las condiciones climáticas de las estancias, provocando que las plantas pierdan más agua, debido a una mayor transpiración de la que sería habitual en la época fría del año.
Además esas pérdidas no son constantes, porque no todos los días encendemos la calefacción el mismo tiempo ni a la misma potencia. En cualquier caso es importante acordarnos de los nocivos efectos que puede tener el exceso de calor en los ejemplares y regarlos convenientemente.
Para obtener los mejores esquejes posibles deberemos proporcionar al cipero temperaturas cálidas, riegos frecuentes y mucha humedad. Las mejores hojas para esquejar son las de mayor tamaño, ya que así evitaremos que envejezcan.
Seleccione los ejemplares mas desarrollados, con las rosetas de mayor tamaño, y realice el corte dejando unos cinco centímetros de tallo por debajo de la roseta. Recorte las hojas un tercio con la ayuda de una tijera limpia y afilada, evitando producir desgarros en las mismas. Si alguna hoja se rompe durante el proceso o está enferma, con síntomas de haber sido atacada por las plagas o seca, retírela.
Sumerja el paraguas que acaba de crear por la parte de las hojas en un vaso con agua a temperatura ambiente. Las raíces comenzarán a crecer desde el centro de la roseta sumergida y cuando estén lo suficientemente grandes podrás transplantar el nuevo ejemplar.
