La versatilidad y las posibilidades de los arbustos

Su fácil mantenimiento los ha hecho habituales de las ciudades
Por EROSKI Consumer 21 de julio de 2003

Entre la robusta presencia de la mayor parte de los árboles y la delicadeza y colorido de las plantas con flores se encuentran los hermanos olvidados de ambos, los arbustos. Tanto principiantes como los más expertos en jardinería tienden a dejar de lado a los arbustos, que no son más que plantas que disponen sus ramas por encima del suelo, pero a alturas muy inferiores a las de los árboles.

Sin embargo, es precisamente este aspecto el que los hace tan atractivos y recurridos, ya que su porte intermedio les permite tener cabida en cualquier tipo de jardín. También haya una gran variedad de arbustos, desde los perennes, pasando por los de hoja caduca hasta los que tienen flores o bayas, lo que hace que siempre exista una especie que se integre perfectamente en los diferentes jardines.

Tal vez mucha gente ignora que los arbustos pueden dar un magnífico resultado con muy pocos cuidados, ya que el mantenimiento que precisan se limita a realizar una oportuna poda cuando cada especie lo requiere.

Debido al poco trabajo que requieren, es muy habitual encontrar ornamentadas las zonas ajardinadas de las ciudades con arbustos como la hortensia, el espino de fuego, el boj, el callistemon o la peonía.

Los setos

Asimismo, en muchas casas y chalés se puede apreciar que el jardín suele aparecer rodeado de setos y arbustos que permiten a sus habitantes tener una mayor intimidad, a la vez que posibilita crear un ambiente natural y atractivo. Si se tiene en mente plantar un seto con una finalidad similar a ésta, como primer paso resulta conveniente escoger una especie que alcance una altura, dimensiones y densidad que se ajusten a las necesidades del jardín.

Una de las especies más utilizadas para este fin es la Arizónica, una conífera que crece con gran rapidez, que llega a una buena altura y que alcanza un buen espesor. Esta especie es ideal para crear setos y puede moldearse fácilmente con la poda. Es importante que cada ejemplar se plante con una distancia de al menos un metro entre sí para posibilitar un desarrollo satisfactorio. Además, si se plantan cerca de una valla o muro es recomendable dejar una distancia de al menos medio metro. Si crecen en buenas condiciones, pasados 3 años ya tendrán un tamaño considerable y con pocos cuidados se podrá disfrutar de un «muro» natural.

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