Las brochas que utilizamos para pintar paredes, muebles y demás enseres pueden clasificarse en función de la disposición de sus cerdas, que pueden ser de animales, sintéticas o vegetales.
Las brochas redondas suelen tener dispuestas sus cerdas en forma circular, con un diámetro variable. Deberemos seleccionar un tamaño adecuado a las dimensiones de la superficie que vayamos a pintar. No obstante, si la superficie es grande lo más recomendable es emplear un rodillo.
Existen brochas redondas de diámetro inferior a las anteriores, que se utilizan para resaltar contornos, pintar marcos de puertas, y que tienen la peculiaridad de que terminan en punta para poder depositar la pintura sobre superficies más estrechas.