Los colores ocres y cremas son muy utilizados en la actualidad como tonalidad de base para la decoración de las viviendas. Se trata de tonos que aportan distinción y hacen más llamativa la superficie que decoran. Además, a ser colores claros, reflejan la luz natural o de las lámparas, aportando mayor luminosidad al entorno.
Se trata de tonos bastante utilizados en interiores, pero también empiezan a ser muy habituales en las fachadas de las casas, sobre todo a la hora de restaurar y dotar de modernidad a viejos caserones, en los que sustituye al clásico color blanco de la cal viva.
Para contrastar con los colores ocres o cremas se emplean diversas tonalidades, incluso gamas de color rojo (claro, oscuro, incluso rosáceo). Los colores de contraste normalmente decoran las zonas adyacentes a balcones o ventanas de la fachada o se usan a modo de cenefa si se pinta el interior de una estancia.