Moqueta flotante o en baldosas, instalación rápida y sencilla

Las losetas se fijan al perímetro y entre ellas con cinta de doble cara o se colocan directamente en el piso
Por EROSKI Consumer 26 de septiembre de 2005
Img moqueta

Instalar moqueta en una vivienda es, en ocasiones, una tarea costosa. Sin embargo, existe una alternativa rápida y sencilla de colocar: moqueta flotante o en baldosas. Las piezas se distribuyen en el suelo, sobre cualquier tipo de superficie, pegadas en las juntas y en el perímetro con cinta adhesiva de doble cara (semifijas) o directamente en contacto con el piso. Algunos modelos disponen en la parte inferior de una capa de material rígido que dificulta el movimiento.

Las características de este tipo de moqueta permiten que se pueda retirar con facilidad para limpiar el suelo o cuando se decida renovar la decoración. En ocasiones, sustituir la moqueta implica un esfuerzo adicional si quedan restos de tela o cola pegados en el suelo. Asimismo, cuando se produzcan desperfectos o manchas en una loseta, tan sólo será necesario cambiar la pieza afectada, sin necesidad de retirar toda la alfombra.

Suelo limpio y nivelado

Antes de colocar la moqueta, hay que comprobar que el suelo se encuentra en buen estado. Si no es así, se deben arreglar los desperfectos (agujeros o grietas). Además, el piso ha de quedar limpio, libre de polvo y restos de grasa, especialmente, en los puntos donde se coloca la cinta adhesiva. La suciedad impide una correcta adherencia.

En las juntas, las piezas se solapan y se corta la parte sobrante a la vez para ajustar perfectamente las losetas

En primer lugar, hay que colocar la cinta en todo el perímetro de la habitación. A continuación, se reparten las losetas dejando que, en la zona del rodapié, lo rebasen. Si se hace así, será posible ajustar la moqueta a las dimensiones de la estancia, ya que los bordes de cada pieza se cortan a la medida del zócalo.

Hay que tener especial cuidado en las juntas de las losetas. Para mejorar la fijación y evitar que queden huecos entre piezas hay que recurrir también a cinta adhesiva de doble cara y colocar una pieza encima de otra, de manera que se solapen. Así se corta la parte sobrante de ambas piezas a la vez con un cúter y se consigue ajustar las juntas perfectamente.

Errores frecuentes

A la hora de colocar la moqueta, la lógica lleva a pegar la primera pieza junto a la pared para utilizarla como guía. No obstante, es conveniente situar las primeras baldosas en el centro de la habitación. Si las paredes no son perpendiculares o están perfectamente alineadas, las losetas quedarán torcidas. Además, si se hace de esta manera, los trozos recortados quedarán en los laterales de la habitación. Puesto que, con frecuencia, resulta necesario recortar la moqueta para ajustarla al borde, los recortes se disimulan mejor en las esquinas.

Para establecer el punto de partida, se trazan dos ejes: uno paralelo a la puerta de entrada y otro perpendicular a éste

Para establecer el punto de partida, se traza un eje paralelo a la puerta de entrada y otro perpendicular al primero. Posteriormente, antes de pegar las piezas, se colocan en el suelo -tomando como referencia los ángulos que forman los ejes- para asegurar su posición, así como el número de losetas que será necesario.

Es probable que las puertas deban ser cepilladas, puesto que el grosor de la moqueta impedirá, en caso contrario, su apertura y cierre. Esta circunstancia obliga, en general, a desmontarlas antes de colocar las losetas, que deben fijarse correctamente en el umbral para que el continuo movimiento de la puerta no las levante o despegue.

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